El sacerdote ha tomado posesión de su cargo este domingo. «Le pido a la Virgen que me ayude a continuar la labor tan buena que han realizado los grandes rectores que ha tenido el santuario estos años», asegura
Ángel Lasheras, nuevo Rector de Torreciudad |
En conversación con Alfa y Omega, Lasheras dice afrontar esta nueva
responsabilidad «con un gran sentido de continuidad. Le pido a la Virgen que me
ayude a saber continuar la labor tan buena que han realizado los grandes
rectores que ha tenido el santuario a lo largo de todos estos años».
En este sentido, el nuevo rector
asegura que le gustaría «que Torreciudad siga siendo el santuario de las familias»
y que muchas de ellas «se acercaran juntas a rezar ante la Virgen a lo largo
del año, como ya sucede, y no solo en la Jornada de las Familias».
Esta última, celebrada habitualmente
en septiembre y que suele congregar a miles de fieles de toda España, va a ser
cancelada por la COVID-19 por segundo año consecutivo. «Vamos a sustituirla en
esta ocasión por una ofrenda de flores a la Virgen». Las familias «están
mandado claveles que el día 18 de septiembre pondremos en la escalinata del
presbiterio para honrar y acompañar a la Virgen», adelanta Ángel Lasheras.
Vinculación estrecha
El nuevo rector tiene una
vinculación estrecha con Torreciudad. «Aquí recibí mi ordenación diaconal en el
verano de 1997», rememora. Además, «lo conozco prácticamente desde su
inauguración», porque «la gran novedad de todos los que éramos del Opus Dei en
el año 1975 era el santuario», que acababa de abrir sus puertas recientemente.
Historia de muchos siglos
Desde que la Virgen de Torreciudad
fuera entronizada en el año 1084 en una pequeña ermita junto al río Cinca, los
vecinos de la zona han acudido en peregrinación durante más de nueve siglos
para rezar ante la talla y pedirle por distintas intenciones.
También para agradecerle favores,
como ocurrió en 1904 cuando los padres de san Josemaría Escrivá acudieron a la
imagen para agradecer la curación de una grave enfermedad que afectaba al que
posteriormente fue el fundador del Opus Dei.
Desde entonces, Escrivá le tendría una gran devoción a la Virgen de Torreciudad, hasta tal punto que bajo su impulso se construyó un enorme santuario en honor a ella. Se encuentra situado, entre montañas, muy cerca de la antigua ermita y fue inaugurado en 1975 precisamente con un funeral por san Josemaría, que no pudo ver culminada la obra.
José
Calderero de Aldecoa
Fuente:
Alfa y Omega