Eduardo
Verástegui es uno de
los católicos más activos en el mundo de
la cultura
![]() |
Eduardo Verástegui intenta vivir con coherencia su fe católica |
“Estoy en una lucha constante, mi prioridad
es convertirme en la mejor versión de mi persona, alcanzar mi máximo potencial.
¿Y qué quiere decir esto? Convertirme en el hijo de Dios que Él quiere que sea.
Eso es un trabajo de todos los días, que no termina hasta que mueres.
Son
tareas por medio de disciplinas espirituales para poder alcanzar la santidad a
la cual Dios nos llama. ¡Somos llamados a ser santos!”, explica el artista en
una entrevista con Aleteia.
De
este modo, Verástegui resume toda su exposición en una frase. “Soy un hijo de Dios que quiere
estar con Él en el Cielo”. Y para ello –agrega- “tengo que ser santo,
y la única manera de alcanzar la santidad es por medio de una vida sacramental.
Una vida de oración, de meditación, de contemplación, de servicio a los demás”.
En su
opinión, “la conquista más grande es la conquista de ti mismo, pero no te
puedes conquistar si no te conoces. Por eso tienes que conocer tus debilidades, para ver de qué manera
puedes ir creciendo en virtud. Al final del día ésa es la meta,
convertirte en una persona virtuosa”.
Eduardo
se siente un afortunado por poder dedicarse al mundo de la cultura y servir a
Dios desde ahí, pero no siempre lo ha visto de esta manera sino que con los
años y el encuentro paulatino con Jesús ha ido visualizando de manera más clara
lo qué quería de él.
“Ha sido Dios quien me ha dado la habilidad de
hacer lo que me gusta, lo que me apasiona, pero sobre todo, quien me ha ayudado
a darle la vuelta a lo que estoy diciendo ahora. Porque antes yo no era
productor; trabajaba en el medio artístico, pero mi misión en la vida no era
‘voy a hacer de este mundo un mejor lugar por medio del arte’; cuando me
levantaba en las mañanas no era ésa la meta, no porque no quisiera que ésa
fuera la meta, sino simplemente por ignorancia; no sabía cuál era el propósito
de mi vida. Yo pensaba que el propósito de mi vida era simplemente ser feliz, y
para ser feliz yo creí que
lo podía lograr por medio de la fama, por medio del dinero y por medio de mi
trabajo como actor”.
Y así
fue durante años. Según explica aunque llegó a la cima, “en muchos proyectos
que tuvieron éxito, sin embargo, internamente yo no me sentía exitoso. ¡Me sentía vacío! Qué
gran conflicto, por un lado, por fuera, parecía que todo brillaba, mientras que
por dentro todo estaba oscuro”.
Su
sueño sería poder producir una película sobre la matanza de los Inocentes, y la huida de la Sagrada Familia a
Egipto, y parece que podrá por fin cumplirse, “Me apasiona muchísimo y para
mí es importantísima la historia por muchas razones”, asegura.
“Es
una película, un reto muy grande; una película grandota. Es una película muy
importante, difícil de contar, por lo mismo que hay tan poca información
revelada; así que hemos
estado en oración desde hace años para que el guion pueda estar bien centrado
en lo que es bíblico, y que, en lo que no, sientas que casi estás leyendo
en la Biblia esos espacios. Tenemos muchos consultores, teólogos, que nos han
ayudado muchísimo, y yo creo que esta es la película más grande y más ambiciosa
que, Dios mediante, me permita producir.
Más adelante ya veré qué nos revela
Dios; a lo mejor me pide otra cosa, o a lo mejor la segunda parte de esa
historia, no sé. Pero lo que aquí tenemos, que podemos palpar, oler y leer es
la película “María, Madre de Dios”; así se va a llamar. Yo creo que éste es el
proyecto más ambicioso, que estamos ya a punto de arrancar; yo creo que para
febrero del próximo año estaremos en pre-producción, para filmar en julio. Ése
es el plan”, agrega.
Fuente: ReL