El periódico L'Osservatore Romano dedica una columna mensual a la Carta "Patris Corde" del Papa Francisco sobre San José. Una aportación de reflexión y profundización sobre la figura del Esposo de María y sobre la paternidad
El Papa Francisco en una Audiencia General en la plaza
de San Pedro (Vatican Media)
Cuando leímos la Patris Corde nos preguntamos cómo
podríamos aprovechar esta Carta que no sólo celebra un aniversario, por
importante que sea, el 150º aniversario de la proclamación de San José como
Patrón de la Iglesia universal, sino que también está relacionada con un Año
especial dedicado a la figura del Esposo de María y, por tanto, traza un camino
por el que se nos invita a avanzar.
El texto de esta Carta es tan breve como profundo, a semejanza de
lo que ocurre en los Evangelios con la figura de José, al que se le dedican
pocas palabras, pero cada una de ellas preciosa y fecunda. Leyendo "José
según Francisco", el corazón se ensancha y al mismo tiempo se amplía la
mirada sobre la paternidad, quizá nunca tan desvaída, nunca tan en crisis como
hoy, y, sin embargo, por eso mismo, nunca tan necesitada de ser reentendida y
reafirmada.
Nos pareció que una columna mensual, marcada por un tiempo lento
en un mundo que corre cada vez más rápido, perdiendo el gusto por muchas cosas,
podría satisfacer esta necesidad. Una columna que quiere ser un pequeño aporte
de reflexión y profundización sobre lo que el Papa Francisco nos quiere
comunicar con corazón de padre. Pero no queríamos que esta cita mensual se
caracterizara por un análisis erudito y especializado, sino que esta meditación
del Papa sobre San José pudiera entrelazarse con la vida concreta de las
personas, pudiera anudarse con las alegrías y los trabajos de los padres y de
los hijos, pero también de las madres, porque no puede haber paternidad sin
filiación, ni paternidad sin maternidad.
En la sucesión de citas, nos guiaremos por el texto de Patris
Corde en un intento de "poner en diálogo" a José de Nazaret con los
padres de nuestro tiempo. Así, cada mes -desde abril hasta el próximo octubre-
se volverá a ofrecer el texto de cada capítulo, publicado en su totalidad o en
amplios extractos. Hoy proponemos la
introducción de la Carta para el inicio de la sección. Los propios
títulos de los capítulos serán las señales que darán dirección a la columna.
"La vida es el parangón de las palabras", reza un pasaje de Los
desposados muy querido por el Papa Francisco. De alguna manera, los testimonios
-a través de artículos y entrevistas- que publicaremos quieren ser precisamente
un signo de esa vida que es la comparación, la "verificación" de las
palabras escritas en la Patris Corde. Una nueva perspectiva, por tanto, para
leer o releer la Carta. Un hipertexto, se diría hoy, surgido de la experiencia
de quienes han encontrado en la figura de San José un apoyo en la prueba o la
fuente de la que nutrirse para encontrar esa "creatividad del amor" a
la que el Papa nos ha pedido tantas veces que recurramos, especialmente en este
tiempo tan estrecho marcado por la pandemia. Y para ello, padre del valor
creativo es precisamente una de las formas en que el Papa lo define en la
Patris Corde.
Así, nuestros lectores podrán conocer a José a través del texto de
la Carta y de los artículos que la acompañarán de vez en cuando. Será una forma
de escuchar al hombre de los sueños, otra dimensión, la de los sueños, tantas
veces recordada por Francisco que la vincula inseparablemente a la dimensión de
la profecía. José es el hombre de la disponibilidad pronta y dócil a la
voluntad del Señor. Es el novio que guarda lo más precioso que se le ha
confiado. Es el padre cuyo corazón -como escribió Anna Maria Canopi-
"vigila incluso en el sueño". Pero también es el hombre que sabe
tomar decisiones decididas y llevarlas a cabo para proteger a María y al Niño.
De hecho, sabe, como dice el Salmo, que "el Señor vela por el camino de
los justos", aunque pueda parecer incierto y arriesgado. José es el padre
que actúa en la sombra y en silencio. Qué ejemplo a contracorriente, y no sólo
para los padres, en un mundo que parece repetir obsesivamente que para
"realizarnos" debemos sentarnos en primera fila y tener la última
palabra. Pero José es sobre todo el hombre que vive con alegría la obediencia
al Padre, porque sabe que sólo así el amor encuentra su perfecta realización.
Alessandro Gisotti - Andrea Monda
Vatican News