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La imagen cordobesa
de María Auxiliadora, ya en Porto Novo,
rodeada de niños y jóvenes |
Muchos misioneros en África confiesan su deseo de poder morir allí, en su trabajo, con la gente a la que han querido servir. A Antonio César, natural de Pozoblanco (Córdoba) se le concedió. Tenía 72 años. Había sido misionero en diversos países de África desde 1982.
Puso en marcha la misión salesiana en Togo. Trabajó en Benin y más
recientemente en Burkina Faso. Fue el representante de toda el África
Occidental Francófona en el capítulo general de los salesianos de 2002. Cuando
murió, llevaba 55 años como salesiano
y 46 como sacerdote. Toda una vida entregada a los jóvenes de
África.
Sus compañeros conocían bien su devoción mariana. “Que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo
acoja con el cariño de Buena Madre del cielo”, decía el
comunicado de prensa que difundía su fallecimiento.
Un deseo: una María Auxiliadora para Benin
Antonio César tenía otro deseo: quería colocar una imagen de María
Auxiliadora en la casa de los salesianos de Porto Novo, la capital de Benín. Y no una cualquiera: quería que fuera como
otra, la que le gustaba a él, la de la capilla privada de los salesianos en
el Santuario de María Auxiliadora de Córdoba.
Durante su última visita a los salesianos de Córdoba, les explicó su
deseo de tener una imagen así en el Prenoviciado salesiano de Porto Novo.
Ahora, a los 2 años de su muerte, se ha cumplido también este deseo. La Virgen cordobesa ha llegado a Porto Novo y
ha sido recibida por la multitud alegre de niños y jóvenes que
siempre rodea a los salesianos. Y no es una copia, sino la que gustaba tanto al
misionero asesinado.
La imagen es obra del escultor cordobés Marco Augusto Dueñas, y fue
creada hace 25 años. En un principio, se quería que se utilizara en las
procesiones del 24 de mayo, en vez de usar la imagen que desde 1908 preside el
altar del Santuario de María Auxiliadora de Córdoba. Pero después se decidió que no se usara en el culto público,
sino que permaneciera en la capilla privada de los
salesianos.
Y ahora va a empezar una vida nueva en África, ante la mirada
asombrada de multitud de niños, muchos de ellos muy necesitados del auxilio de una Madre en el
Cielo.
«A los 25 años de su bendición, para nosotros es un motivo de
alegría hacer esta donación a la Comunidad Salesiana de Porto Novo. Que la
imagen de la Virgen que fue bendecida en el mismo sitio donde nuestro hermano
Antonio César recibió el crucifijo de misionero pueda estar ahora en esas
tierras es un signo de comunión. Ella
nos une y nos hace sentirnos más hermanos», subraya en un
comunicado el padre José Antonio Perdigones, director de la Casa Salesiana de
Córdoba.
Así, María cumplirá una vez su papel de Madre, que siempre implicará
unir a sus hijos, no importa qué países o distancias los separen.