David
López Moreno publica El sueño de las espigas,
la historia de los mártires oblatos de Pozuelo y del laico Cándido Castán. «Se
persiguió a la Iglesia y se quiso eliminar la fe de España», afirma
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Los Novicios. Foto: Oblatos |
«Ninguno se había metido en política ni en ninguna
pastoral activa de importancia», afirma el oblato David López Moreno, autor de El sueño de las espigas, libro en el que relata el
martirio de esta «comunidad mártir» y del laico asociado a su causa, Cándido
Castán, víctimas todos ellos de la persecución religiosa de los años 30 en
España.
¿Por qué lo mataron? «Esa es la pregunta
fundamental de los procesos de beatificación», responde el autor de la
investigación. «La única motivación es el odio
a la fe. Los mataron por ser cristianos, y a Castán además por su
condición de laico comprometido en el mundo del sindicalismo católico», añade.
Para López Moreno, «siempre habrá quien
ponga excusas políticas y razones
colaterales», pero «hay que distinguir entre lo que son víctimas de la Guerra
Civil y de la persecución religiosa. Son dos realidades que coinciden en el
mismo período histórico pero que tienen causas y motivaciones diferentes».
En este
sentido, los mártires son «personas que no tienen nada que ver con la guerra»,
gente «a la que van a buscar a su casa o a su convento para fusilarlos. No son
víctimas de la guerra, son otra cosa. La motivación de su asesinato es
religiosa. Se persiguió a la Iglesia y se quiso eliminar la fe de España»,
explica.
A la hora de investigar en la documentación
de la causa y en otras fuentes, a López Moreno le ha llamado la atención que
los oblatos «siendo tan jóvenes dieran testimonio de su fe ante la crueldad con
la que los mataron».
En este sentido, «este grupo, por su
juventud, puede ser un modelo para los jóvenes, de cómo pueden vivir su fe hoy
de manera generosa, con fortaleza y valentía, y decir que son cristianos, sin
miedos. El Señor les puede pedir cosas grandes y ellos con su gracia pueden
responder».
El oblato también destaca la figura de
Cándido Castán, «un cristiano comprometido en el terreno social, ferroviario,
miembro del sindicalismo católico, que luchaba por la justicia social. Es un
modelo para los laicos de hoy también». Además, este padre de familia es «un
ejemplo de diálogo con los que piensan de manera diferente. Él tenía muy claras
sus convicciones, pero eso no le impidió ser muy dialogante dentro del mundo
del sindicalismo en el que se movía». Por último, todos ellos «son modelos de
fe, de perdón y de amor, porque murieron perdonando».
La causa de este grupo de mártires,
beatificado en el año 2011 en la catedral de la Almudena, sigue abierta,
«aunque estamos a la espera de un milagro que podamos presentar a la
Congregación para las Causas de los Santos», afirma el autor del libro, que ya
está sirviendo «para que más gente les conozca y empiece a rezarles. Ojalá
tengamos pronto noticias para su futura canonización».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega