Jesús hace un gesto "de comunión": para un Hebreo, tender a alguien el plato, es hacer un gesto simbólico de amistad
-Entonces
uno de los doce, llamado Judas, se fue a los príncipes de los sacerdotes y les
dijo: "¿Qué me dais y os lo entrego?" Se convinieron en treinta
piezas de plata, y desde entonces buscaba ocasión favorable para entregarle.
Vemos,
aquí a Judas tomar la iniciativa. Misterio
de la libertad y de la culpabilidad humanas. Todos los evangelistas subrayan
que Judas iba tras el dinero: esta es la explicación inmediata que dan al gesto
aberrante de su antiguo colega.
¡El
dinero!
-El
día primero de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le dijeron.
"¿Dónde quieres que preparemos para comer la Pascua?" El les dijo:
"Id a la ciudad a casa de un tal y decidle: El Maestro dice: "Mi
tiempo está próximo, quiero celebrar en tu casa la Pascua con mis discípulos."
"Mi tiempo está próximo..."
No
deja de pensar en lo que se acerca. Jesús ha previsto "esta comida"
el lugar preciso lo había ya determinado con un amigo... La "Cena",
la primera Misa, no es una comida improvisada al azar. Será una "comida
pascual" evocando toda la tradición judía. El pan sin levadura evocaba la
salida rápida de Egipto en la que no hubo tiempo de dejar fermentar la pasta:
comida festiva cantando una liberación.
-Llegada
la tarde se puso a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían dijo:
"Uno de vosotros me entregará". Muy
entristecidos comenzaron a decirle cada uno: "¿soy acaso yo, Señor?"
Y con
eso llegamos al relato de Juan. La iniciativa de Jesús. La
interrogación de los apóstoles.
-Respondió:
"El que conmigo mete la mano en el plato..."
Los
detalles precisos son diferentes, pero el sentido es el mismo. Jesús hace un
gesto "de comunión": para un Hebreo, tender a alguien el plato, es
hacer un gesto simbólico de amistad.
Puede
decirse que, por parte de Jesús, no hay ninguna condena, sino el ofrecimiento
de una amistad. Es Judas solo el que se condena al rehusar la tentativa de su
amigo. Por otra parte, Jesús estaba suficientemente habituado a "comer con
los pecadores", como se le ha reprochado a menudo: y esta tarde, no menos
que otras veces, no ha rechazado a un pecador... es Judas quien se ha separado
de El.
La
Eucaristía, es también una comida en la que Jesús nos ofrece la comunión con
El.
Cada
misa es un gesto de Jesús hacia los pecadores que somos nosotros, siempre que
no nos excluyamos nosotros al rehusar su amor.
Haz
que descubramos, Señor, la significación simbólica de la comida que Tú ofreces
a los hombres: tenemos a un Dios que "ama a los pecadores y quiere
salvarlos".
Pero,
tenemos también a un Dios que respeta nuestras libertades y no se impone.
"¿Soy
acaso yo, Rabbí?"--"Tú lo has dicho." Eres tú quien lo has
dicho... eres tú quien decide la respuesta a dar.
Jesús
coloca a Judas ante su responsabilidad. Todo sería posible todavía si Judas
aceptara esta mano que Jesús continúa tendiéndole.
Fuente: Mercaba