Este año, al preparar la capilla
del Noviciado para el Adviento, pusimos un pesebre vacío. Me gusta mirarlo, e
imagino que así estaría el pesebre en Belén: vacío o, a lo sumo, con un montón
de paja que serviría de alimento a los animales, pero... ¿quién iba a imaginar
que Dios hecho Niño iba a descansar allí?
Llega la Navidad, ya queda poco,
y parece que el pesebre este año está un poco raro: vacío de luces, familia,
comidas... Otros años llega Jesús acompañado de grandes preparativos, lo
tenemos todo listo para su llegada, pero este no sabemos muy bien cómo va a
“nacer”.
Seguía mirando al pesebre, y me
daba cuenta: ¡es lo único que necesita! Que no tenemos que hacer nada, solo
dejarle hueco para que nazca, para acogerle en nosotros. Esta Navidad, lo único
que tenemos que hacer es abrir el corazón a Cristo para dejarnos abrazar por
Él.
Hoy el reto del Amor es que
decores tu casa. Prepara la Navidad en casa; decora, aunque veas el pesebre
vacío, con aquello que a ti te vaya a ayudar a abrir el corazón a Cristo, a
mirarle, a hablarle. A mí me ayuda el pesebre, ¿a ti?
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma