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El Papa confirmó el
compromiso de la Santa Sede para promover la educación en ecología integral. El
objetivo es sensibilizar a alrededor de 70 millones de estudiantes que asisten
a universidades y escuelas católicas.
El Papa instó a un mayor
compromiso ético, social, económico y político en medio de la crisis sanitaria
por la covid-19; dirigiéndose a los participantes del High Level
Virtual Climate Ambition Summit, organizado por las Naciones Unidas, Gran
Bretaña y Francia en colaboración con Chile e Italia.
Uso racional del agua, la
energía y la reforestación
Francisco que firmó la
primera encíclica social ‘verde’, Laudato Si’ (2015) se comprometió en
intensificar los esfuerzos de la Santa Sede en la gestión
ambiental que «posibiliten el uso racional de recursos naturales como el agua y
la energía, la eficacia energética, la movilidad sostenible, la reforestación,
y la economía circular también en la gestión de los desechos».
Educación para la ecología
integral
Por otra parte, el Papa
manifestó que la Santa Sede se compromete a promover una educación para la
ecología integral.
«Las medidas políticas y
técnicas deben unirse con un proceso educativo que favorezca un modelo cultural
de desarrollo y de sostenibilidad centrado en la fraternidad y en la alianza
entre el ser humano y el ambiente».
En esta perspectiva,
recordó el Pacto educativo global, que inauguró «para acompañar a las
escuelas y universidades católicas» en los cinco continentes.
Economía de
Francisco
El Papa manifestó que ha
apoyado el proyecto, Economía de Francisco, a través del cual jóvenes
economistas, empresarios, expertos en finanzas y en el mundo del trabajo,
promueven nuevos caminos que superen la pobreza energética.
Un proyecto que pone en
primer lugar el cuidado de los bienes comunes en el centro de las políticas
nacionales e internacionales, y que busca favorecer la producción sostenible
también en países con baja renta compartiendo tecnologías avanzadas apropiadas.
Reforestación
También, la Santa Sede se
propone el objetivo de la neutralidad climática para 2050. En primer lugar, el
Estado de la Ciudad del Vaticano (VCS) pondrá en marcha procesos de
reforestación. Esto significa reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero.
Uso racional del agua y de
la energía
Para ello, intensificará
sus esfuerzos de gestión ambiental. Todo en favor del uso racional del agua y
la eficiencia energética. Esto llevará a la mejora de su patrimonio
tecnológico, la movilidad sostenible y la economía circular como la gestión de
los desechos.
El Vaticano ha
reforzado el uso de fuentes de energía renovables mediante la construcción
de plantas fotovoltaicas y de refrigeración solar, así como la modernización de
las centrales térmicas y los sistemas conexos de control de la temperatura.
De esta manera, se obtiene
– explican fuentes vaticanas – un mejor rendimiento en cuanto a la eficiencia
energética y las emisiones contaminantes en la atmósfera.
Consumo responsable
Según el Vaticano, su
estado ha logrado progresos en la optimización del uso del recurso
hídrico, la reducción de los desechos comunes, el desarrollo del catastro
arbóreo y la promoción del consumo responsable (en 2019 se suprimió la venta de
plástico de un solo uso).
Autos eléctricos en el
Vaticano
Además, otros aspectos
importantes son los relativos a la puesta en marcha de un proceso de
sustitución de su parque automovilístico por automóviles de tracción eléctrica
o híbrida. Precisamente, el Papa ha recibido hace algunos meses la donación de
un papamóvil que respeta las normas europeas de emisiones e impacto ambiental.
Gestión de los desechos
También Hay que subrayar
el fomento de la recogida selectiva de residuos urbanos (de una diferenciación
del 42% en 2016 al 65% en 2020 con el objetivo de alcanzar el 75% en 2023) y la
diferenciación de los residuos especiales igual al 99%, informó la Santa Sede.
Se trata de claros
ejemplos de economía circular, como la de recuperar los materiales de desecho
del mantenimiento de los espacios verdes y los residuos orgánicos,
transformándolos en abono de calidad y devolviendo al territorio los productos
extraídos del ambiente.
Sin embargo, las medidas
políticas, técnicas y operacionales son necesarias pero no suficientes para
alcanzar el objetivo de «net-cero» y sobre todo para propagar la «cultura del
cuidado».
Por eso, el Papa ha
dado su palabra para alcanzar el objetivo de la neutralidad climática para
2050 en la Ciudad del Estado del Vaticano.
Los niños y jóvenes
educados para respetar el medio ambiente y los más frágiles
Algo que también debe
combinarse con un proceso educativo que, también y sobre todo entre los
jóvenes, promueva nuevos estilos de vida y fomente un modelo cultural de
desarrollo y sostenibilidad centrado en la fraternidad y en la alianza entre
los seres humanos y el medio ambiente.
Francisco con el
lanzamiento del pacto educativo global invierte en las nuevas
generaciones. Los números además están de su parte, dado que las doscientas
dieciseis mil escuelas católicas, a las que asisten más de sesenta millones de
alumnos, y las mil setecientas cincuenta universidades católicas, con más de
once millones de estudiantes, son un punto de referencia educativo para
contribuir a un nueva sensibilidad ecológica humanista.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia