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Dominio público |
La fe hacia la
laica creció y miles de peregrinos llegaban a su casa, sin embargo, Mons.
Helvécio Gomes de Oliveira pidió a Lola que evite las peregrinaciones y que
“viva una vida de silencio y privacidad”.
“En el libro de
firmas de la década de 1950, consta que 32.980 personas la visitaron en solo un
mes”, indicó.
El sacerdote
dijo que todos los que se acercaban a Lola recibían de la sierva de Dios el
mismo pedido: confesarse, “recibir la Comunión y hacer los primeros 9 viernes
en honor al Corazón de Jesús”.
“Mons. Oscar de
Oliveira, Arzobispo de Mariana, permitió exponer el Santísimo Sacramento en su
habitación, donde también se realizaban Misas una vez por semana. La comunión
diaria fue realizada por ministros laicos”, agregó el P. Vila Verde.
El sacerdote
resaltó que Lola dedicó su vida a rezar por los sacerdotes y a difundir la
devoción al Sagrado Corazón de Jesús. La sierva de Dios era conocida por la
frase: “Quien quiera buscarme, en el Corazón de Jesús me encuentra”.
Lola falleció
en abril de 1999 y a su entierro llegaron 12 mil fieles y 22 sacerdotes que
querían despedirse de la mujer que tuvo una vida de fe ejemplar.
“Desde entonces
se cumple la promesa de Jesús en el Evangelio: ‘El que come mi carne y bebe mi
sangre, en mí permanece y yo en él’ (Juan 6, 56). ¡Sierva de Dios Lola, ruega
por nosotros!”, resaltó el sacerdote.