En un momento en que la mayor parte de España estaba bajo dominio
musulmán, el cristianismo resistió y prosperó en el norte del país
Horrapics | Flickr CC BY 2.0 |
El Reino de Asturias, parte del actual
norte de España, fue fundado en 718 por el noble visigodo Pelayo. Fue uno de
los primeros estados cristianos establecidos en la península ibérica, en un
momento en que los gobernantes musulmanes conquistaban gran parte de la España
y Portugal actuales.
Durante
el siglo IX, la mayor parte del sur de la península ibérica estuvo bajo dominio
musulmán. Pero el cristianismo siguió prosperando en el Reino de
Asturias, donde nació un nuevo estilo arquitectónico.
Conocido
como el estilo prerrománico, se considera un modelo para las expresiones
posteriores de la arquitectura cristiana en Europa. Los primeros ejemplos del
prerrománico asturiano se elaboraron durante el Reino de Ramiro I (790 – 850).
Los elementos clave de este estilo son el uso de la piedra arenisca y las
innovaciones arquitectónicas que rompieron con el estilo visigodo anterior,
como el uso del arco abovedado.
Estos
son algunos de los ejemplos más notables de uno de los estilos más antiguos de
arquitectura cristiana en Europa:
Santa
María del Naranco
Terminada en 842 y consagrada
en 848, esta iglesia formaba parte del Palacio Real del Rey Ramiro I construido
en el monte Naranco, situado a tan solo 3 kilómetros de la localidad de Oviedo.
Construido con piedra arenisca local, encaja perfectamente con el paisaje
montañoso que lo rodea.
El
uso de innovaciones arquitectónicas como el arco abovedado impresionó a muchos
viajeros en ese momento. Se destacó en la Historia Silense, documento redactado
en el siglo VIII para registrar la historia de Asturias, donde se afirma que
Ramiro I construyó “un palacio sin madera, de construcción admirable y
abovedado por debajo y por arriba”. La iglesia fue declarada monumento nacional
en 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
San
Miguel de Lillo
Originalmente erigida como
basílica, esta iglesia sufrió daños estructurales en el siglo XII, pero algunas
de sus características más antiguas han sobrevivido. Destacan las jambas del
vestíbulo y la celosía de la ventana de la parte sur del edificio, esculpida en
una única pieza de piedra arenisca. Este diseño más tarde se convirtió en un
elemento básico del estilo románico en algunas partes de España.
San
Julián de los Prados