El
Papa Francisco propuso este 3 de agosto mirar a los “santos de al lado” que
responden al mal con el bien
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| Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Así
lo indicó el Santo Padre a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es
en la que destacó como modelo las personas que actúan con sencillez, aman y
rezan por los enemigos.
“Veamos
a los ‘santos de al lado’ que, con sencillez, responden al mal con el bien,
tienen el valor de amar a los enemigos y orar por ellos”, escribió el Papa.
Veamos
a los "santos de al lado" que, con sencillez, responden al mal con el
bien, tienen el valor de amar a los enemigos y orar por ellos.
—
Papa Francisco (@Pontifex_es) August 3, 2020
En
diferentes ocasiones, el Papa Francisco ha indicado que todos están llamados a
la santidad, desde el día de nuestro Bautismo.
El
1 de noviembre de 2019 el Santo Padre destacó antes del rezo del Ángelus que
los santos y santas “no son simplemente unos símbolos de los seres humanos
lejanos e inalcanzables” sino que, por el contrario, “son personas que han
vivido con los pies en la tierra; han experimentado el cansancio cotidiano de
la existencia con sus éxitos y sus fracasos, encontrando en el Señor la fuerza
de levantarse siempre y continuar el camino”.
Por
ello, el Papa señaló que “la santidad es una meta que no se puede alcanzar
únicamente contando con nuestras propias fuerzas, sino que es el fruto de la
gracia de Dios y de nuestra libre respuesta a ella. Por lo tanto, la santidad
es regalo y es llamada”.
En
esta línea, el Santo Padre explicó que la gracia de Dios “es algo que no
podemos comprar o intercambiar, sino acoger, participando así en la misma vida
divina por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros desde el día de
nuestro Bautismo”.
Asimismo,
el Papa afirmó que la santidad “además de un regalo, es también una llamada,
una vocación común a todos nosotros, a los discípulos en Cristo; es el camino
de plenitud que todo cristiano está llamado a recorrer en la fe, dirigiéndose
hacia la meta final: la comunión definitiva con Dios en la vida eterna”.
“La
santidad se vuelve así respuesta al don de Dios, porque se manifiesta como
asunción de responsabilidad. En esta perspectiva, es importante asumir un
cotidiano compromiso de santificación en las condiciones, en los deberes y en
las circunstancias de nuestra vida, tratando de vivir cada cosa con amor, con
caridad”, concluyó entonces el Papa.
Fuente:
ACI Prensa
