Desde su aprobación como Congregación en 1856,
las Adoratrices acompañan a mujeres que han sufrido explotación, violencia, y
otros tipos de exclusión, desarrollando una importante acción social en este
ámbito en 25 países de Europa, América, África y Asia
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Miembros de la Fundación Amaranta |
“Son muchas las mujeres que viven atrapadas en lugares de explotación y
violencia; mujeres que carecen de alimento; mujeres que por falta de medios
han perdido la habitación o el lugar donde a duras penas vivían; mujeres que perdieron
sus precarios puestos de trabajo; mujeres lejos de su familia, de sus amigos,
de su cultura”, señalan estas entidades.
Este año, muchas mujeres que con las adoratrices
estaban saliendo de la prostitución -actividad que suele implicar estar aislada
y encerrada bajo vigilancia de los "jefes" en los prostíbulos- de repente se han encontrado en un
nuevo confinamiento a causa del coronavirus. Para ellas, ha tenido
connotaciones especialmente duras. Muchas son emigrantes y, desde España, han
seguido con preocupación la expansión del virus en sus países de origen,
temiendo por sus seres queridos.
La hermana Aurelia Agredano, responsable de
Cooperación de Amaranta, alaba la fortaleza de muchas de estas mujeres. “Es muy
difícil mantener la
esperanza frente a un futuro incierto, frente a la burocracia, la falta de
documentación y un largo etcétera de necesidades básicas que cubrir; y
ahora, con la incertidumbre añadida de qué les sucederá, en un contexto en el
que el trabajo siempre es más difícil de encontrar, los cursos se detienen, la
justicia se retrasa...”, explica.
Ayudando a las
mujeres en apuros desde 1845
Santa María Micaela fundó la primera casa de las
Adoratrices en Madrid, en 1845, para dar amparo a jóvenes marginadas y
enfermas, mayoritariamente víctimas de la prostitución.
Desde su aprobación como Congregación en 1856, las
Adoratrices acompañan a mujeres que han sufrido explotación, violencia, y otros
tipos de exclusión, desarrollando una importante acción social en este ámbito
en 25 países de Europa, América, África y Asia.
En España, en 2006 crean la Fundación Amaranta con
este mismo fin y, en la actualidad, apoyan a casi un millar de beneficiarias en
el marco de sus programas dirigidos a mujeres en contextos de prostitución y/o
víctimas de la trata con fines de explotación sexual.
La aristócrata y el chal bonito
Las cosas no han cambiado mucho desde 1845, cuando
con 36 años la aristócrata Micaela
Desmaissières y López de Dicastillo, vizcondesa de Jorbalán, abrió su
primer colegio para chicas rescatadas de la prostitución. Pero la toma de
conciencia de Micaela (hoy Santa Micaela del Santísimo Sacramento) no llegó de
la mano de una prostituta sino de una chica de familia rica.
La joven
vizcondesa, aconsejada por el padre Carasa, jesuita, ayudaba con frecuencia, de incógnito, en el hospital de pobres
de San Juan de Dios.
Allí encontró una chica de la calle, abandonada, que sin embargo conservaba un
bonito y muy caro chal. Había sido de familia rica, pero unos hombres la sedujeron y después de usarla sexualmente
la abandonaron, y ella ya no podía volver a su casa. Micaela consiguió que
la chica se reintegrara en su familia.
En el siglo XX no hay apenas condena ni crítica social contra los seductores ni las seducidas, pero el abandono, el daño emocional y los hijos sin padre son más frecuentes que nunca... acompañados por unos 100.000 abortos anuales en España. Además, la prostitución es un tema tabú para los políticos españoles, que no mueven ni un dedo para combatirla.
En el siglo XX no hay apenas condena ni crítica social contra los seductores ni las seducidas, pero el abandono, el daño emocional y los hijos sin padre son más frecuentes que nunca... acompañados por unos 100.000 abortos anuales en España. Además, la prostitución es un tema tabú para los políticos españoles, que no mueven ni un dedo para combatirla.
Los frutos de santa María Micaela
Micaela fundó un
colegio para chicas en 1845 en Madrid y en 1850 dio el gran paso: dejó definitivamente la vida
aristocrática en la corte de Isabel II y se fue a vivir con las chicas.
Poco a poco atraería colaboradoras y nacerían las Adoratrices Esclavas del
Santísimo Sacramento y la Caridad (www.adoratrices.com)
que han atendido en su historia a miles de mujeres en apuros y en España son
probablemente la realidad eclesial que mejor conoce y combate la prostitución,
la trata de mujeres y sus lacras asociadas.
Según datos de la ONU, hacia 2020 el 71% de las personas afectadas por la trata a nivel mundial son mujeres
y niñas, y casi 3 de
cada 4 mujeres y niñas víctimas de la trata lo son con fines de explotación
sexual.
Fuente: ReL