La
historia de una familia que se traslada de Londres a Roma para salvar la vida
de su bebé
El
Hospital Infantil Bambino Gesú (Niño Jesús) de Roma logró salvar la vida de un
niño de 6 años a través de un delicado transplante de médula ósea. El menor
padecía de leucemia linfoblástica aguda y, en marzo, dio positivo en la prueba
del nuevo coronavirus junto con toda la familia: mamá y papá.
El
Hospital Infantil del Papa informó recientemente que el niño recibió un
tratamiento con plasma obtenido de un sujeto curado de la infección viral.
Para
ayudar a eliminar el virus, el niño fue admitido en el Centro Covid de Palidoro
(Roma) y sometido compasivamente a un tratamiento de plasma obtenido de un
sujeto curado de la infección viral.
Una
vez que el niño ya no era positivo, fue posible realizar el tan esperado
transplante con las células madre hematopoyéticas tomadas del padre, que
también se había curado del virus. Ahora el infante está bien, no ha tenido
ninguna complicación y se someterá a los controles normales post-transplante.
De Londres a Roma para
tratar la Leucemia
En
octubre de 2019 la familia llegó a Italia desde Londres, donde vivía, con la
esperanza de que en el Hospital de la Santa Sede se pudiera curar al pequeño de
la leucemia linfoblástica aguda.
Era
necesario un trasplante de médula ósea y el equipo del Departamento de
Oncohematología y Terapia Celular y Genética inicia el programa de terapias
preparatorias: el niño se somete a quimioterapia e inmunoterapia para bajar la
«carga» de la enfermedad hasta el umbral que permite que el trasplante tenga
las mejores posibilidades de éxito, es decir, para recuperarse definitivamente
de la leucemia.
A
lo largo de los meses, durante los cuales se alternan los cuidados en el hogar
y el tratamiento en el hospital, el tratamiento produce el efecto deseado y se
aproxima el momento del trasplante.
Al
no haberse encontrado un donante compatible, se decide proceder al trasplante
de células madre hematopoyéticas de un progenitor.
Covid-19, toda la familia
da positivo
En
marzo de 2020, en medio de la pandemia, se hacen exámenes para ver quien será
el candidato a la donación de la médula. Los médicos detectan el COVID-19.
El
niño y los padres dan positivo: el padre y el hijo son asintomáticos, la madre
con síntomas leves. Sin embargo, para proceder al trasplante es necesario
esperar a que todos sean negativos, especialmente el pequeño paciente que tiene
las defensas inmunológicas ya comprometidas por la leucemia.
Al
mismo tiempo, es necesario respetar el programa de intervención para evitar una
recaída debido al tumor.
Tratamiento con plasma
hiperinmune
Para
dar al niño «armas» adicionales para eliminar los virus y reducir el riesgo de
complicaciones inducidas por la infección viral, poniendo en circulación una
carga de anticuerpos «fuertes», los médicos del Hospital del Papa, optan
por la infusión de plasma hiperinmune.
Tras
obtener la autorización de uso compasivo del Comité Ético del Hospital Católico
y la autorización del Centro Regional de Sangre, el tratamiento se lleva a cabo
el 9 de mayo en el Centro Covid de Palidoro (donde el niño fue admitido como
medida de precaución).
El
tratamiento fue posible gracias a la colaboración desarrollada con el Hospital
Spallanzani (para el reclutamiento del donante de plasma con el mejor título de
anticuerpos neutralizantes, es decir, capaz de impedir la unión de la proteína
punta del SARS-CoV-2 a su receptor presente en las células humanas) y el
Hospital San Camilo (para la obtención de plasma por aféresis, inactivación
-procedimiento por el cual se bloquea cualquier patógeno presente- y
congelación).
Mientras
tanto, el padre del niño, el donante de médula elegido, ha dado finalmente
negativo y todo está listo para proceder a los últimos controles antes del
trasplante.
El transplante de médula
ósea de los padres
El
29 de mayo, al niño se infunden las células madre del padre, manipuladas
específicamente para eliminar los linfocitos alfa/beta+ T, células peligrosas
para el cuerpo del receptor.
Esta
es la técnica desarrollada por el equipo del Prof. Franco Locatelli, director
del Departamento de Onco-Hematología y Terapia Celular y Genética y
desarrollada en el Hospital Pediátrico de la Santa Sede con el mayor número de
casos en el mundo (unos 700 transplantes de padres realizados hasta la fecha)
en niños que sufren de leucemia y cáncer de sangre.
El
Hospital informa que el pequeño está en muy buen estado general, no ha tenido
complicaciones post-trasplante, las células de su padre se están multiplicando
y está en camino a la recuperación total.
Con
los métodos de manipulación celular de que se dispone actualmente, el
porcentaje de curación con transplante de médula ósea de uno de los dos
progenitores puede superponerse al obtenido con un donante perfectamente
adecuado.
Fuente:
Aleteia Team