Yo creo que la oración es el pilar de todo. Esto lo
hacemos únicamente por y para Dios, para que la gente conozca su Palabra y
pueda acercarse a Él
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Foto: Ignacio Loma-Ossorio García |
Si fuera una capital de provincia, ocuparía el puesto 23 de entre las más
pobladas. Con 174.000 seguidores, a la cuenta de Twitter de Jóvenes Católicos (@catolicos_es) le sigue más gente que la población entera de
Jaén, ciudad en la que nació esta iniciativa de evangelización.
Ignacio de Loma-Ossorio García (Jaén, 1988) es parte de la veintena de
jóvenes que forman el grupo promotor, y se encuentra detrás de la última
campaña de recogida de fondos. Han logrado recaudar 21.000 euros para paliar la
difícil situación de las religiosas de clausura ante la pandemia.
¿Qué hay en el origen de
Jóvenes Católicos?
Empezó hace un par de años
con una cuenta de Twitter, dirigida sobre todo a los universitarios. Veíamos
que los jóvenes católicos que acudíamos a los actos que se organizaban por la
ciudad éramos siempre los mismos. Pero en Jaén hay muchísima gente joven, y no
entendíamos por qué toda esa gente no estaba con nosotros cuando, en realidad,
no había nada que lo impidiese. De hecho, en Jaén ha crecido el grupo
muchísimo.
¿Y qué les ofrecéis
vosotros?
Pues contenido católico, de
evangelización, publicamos testimonios. Por ejemplo, ahora que estamos en el
mes de mayo y el Papa ha pedido que se rece especialmente el rosario, estamos
animando en redes al rezo de esta oración mariana. Hemos creado un hashtag,
un vídeo, y pedimos a la gente que nos mande sus vídeos rezando el rosario.
También hacemos alguna campaña de recogida de fondos. Es lo menos habitual,
pero justo ahora tenemos una muy potente para ayudar a las religiosas de
clausura.
¿Cómo surgió lo de ayudar a
las monjas?
Primero lanzamos otra
iniciativa, en la que pedíamos a los internautas que nos hicieran llegar por
correo electrónico peticiones de oración por afectados con el coronavirus.
Luego les reenviábamos el correo a las religiosas con la intención, el nombre y
la ciudad, y ellas se ponían a rezar. Después de esto nos sentíamos un poco en
deuda con ellas, porque les mandamos muchísimas peticiones.
Paralelamente nos dimos
cuenta de que, al estar todas las tiendas cerradas, las monjas no podían vender
los dulces, que son su medio de subsistencia. Así que decidimos ayudarlas y
lanzamos la campaña de recogida de fondos #EnCasaPorAmor. Hasta ahora ya hemos
recaudado 21.000 euros.
¿Jóvenes Católicos tiene
vida más allá de las redes?
Sí. Tenemos, por ejemplo,
Misa dominical en una parroquia de Jaén. Se difunde por redes sociales y acude
quien quiere. Era una parroquia a la que iba mucha gente mayor y ahora se ha
convertido en una parroquia joven. Los mayores están encantados y nos dan las
«gracias por venir y llenar la iglesia, porque aquí solo veníamos las cuatro
personas de siempre y nos daba pena».
También tenemos una hora
santa, organizamos una charla a la semana y damos catequesis a niños. Luego ya
hacemos cosas un poco más especiales, como las peregrinaciones. Hemos ido a
Roma y al Camino de Santiago. Y en Navidad hacemos una cena para cerca de un
centenar de personas necesitadas en la misma parroquia de las Misas.
¿Cuál es la clave del
éxito?
Yo creo que la oración es
el pilar de todo. Esto lo hacemos únicamente por y para Dios, para que la gente
conozca su Palabra y pueda acercarse a Él. Por increíble que parezca, en la
actualidad todavía hay gente que no ha oído nada sobre Cristo en su vida.
¿Y conseguís eso de que la
gente se acerque a Dios? ¿Habéis suscitado alguna conversión?
Sí, muchas. Normalmente nos
llegan mensajes por Instagram. Pero en ese momento no nos dan muchos detalles,
solo nos suelen dar las gracias y poco más. Algunos nos dicen que hacía mucho
que no iban a la iglesia y que han vuelto después de leer alguna cosa de
Jóvenes Católicos. Nosotros contestamos a todos y les pedimos si nos pueden
escribir su conversión. Las publicamos en la página web con su consentimiento.
Vamos a un ritmo de publicación de dos o tres diarias y no publicamos más por
no saturar, pero tenemos una lista impresionante.
José Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega