Como
niños
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Los
niños han empezado a salir a pasear; con ello, familia y amigos del monasterio
nos han compartido el momento en que los pequeños, después de tanto tiempo en
casa, ponían los pies en la calle, por medio de fotos, anécdotas, vídeos...
Sus
caras de asombro, su alegría... era como si la calle en la que siempre han
vivido, el sol, el día, el aire... fuesen nuevos; las personas que les
acompañaban se veían contagiadas por este asombro de los más pequeños,
haciéndose partícipes de su alegría.
El
asombro surge cuando nos maravillamos por aquello que nos rodea, muchas veces
marcado por la novedad: un lugar nuevo, un acontecimiento diferente... Ahora,
sin embargo, el asombro se da en cosas más cotidianas y esenciales: en un paseo
con los niños, en ver a alguien por videollamada, en una conversación con esa
persona con la que hacía tiempo que no hablabas... en esas cosas que eran
cotidianas pero que ahora se han vuelto de alguna manera extraordinarias.
En
lo cotidiano de lo que estás viviendo está el Señor, ¿y cómo verle? Viviendo en
Acción de Gracias, recuperando esa mirada de niño, esa capacidad de asombro, y
el corazón se ensancha y con ello eres más feliz a la vez que descubres al
Señor en ello.
Hay
una hermana que dice: “Yo miro la leche y doy gracias por el vaquero que la ha
ordeñado, por la persona que se ha encargado de procesarla, por el que lo ha
envasado, por el que lo ha llevado hasta el súper, porque tengo un vaso de
leche hoy para beber”. Me encanta oírla, ¡eso es asombro!
Jesús
tenía esta capacidad de asombro: cuando iba con los discípulos, se asombraba de
las espigas, de los campos, de las personas... Vivía en Acción de Gracias al
Padre.
Hoy
el reto del amor es recuperar la capacidad de asombro. Pídele al Señor ojos
para reconocerle en lo sencillo que hoy se te presente o que tengas a tu
alrededor. Dale gracias e invita a tu familia a hacerlo también. Esta noche,
juntaos en casa y, cada uno, dad gracias por tres cosas, gestos, momentos en
las que hayáis visto al Señor. ¿Sabes? Esto lo hacemos todas las noches
nosotras también en el Noviciado, de ahí sale el Reto, de vivir en Acción de
Gracias pidiendo al Señor verle en lo que nos rodea.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma