Ha
resucitado
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Anoche
celebramos la Vigilia Pascual y me impresionó mucho una parte de ella:
Al
principio, cuando toda la iglesia estaba de noche, oscura, empezaron
encendiendo un fuego, y de él encendieron el Cirio Pascual.
Impactante
ver cómo era la luz la que iba rompiendo la oscuridad, cómo a su paso todo iba
quedando iluminado y, al llegar al altar, todo se encendió a la vez.
La
verdad es que todo mi ser se llenó de esperanza al ver que es Cristo el que
rompe esta oscuridad y nos da una luz nueva. Y, a partir de este momento, ya no
volvió a haber oscuridad.
Te
puedo decir que fui a la Vigilia desde mi oscuridad de esto que estamos
viviendo, porque es dura la prueba que estamos pasando; es cruzar de la
oscuridad a la luz. Pero hoy Cristo te dice que no tienes que cruzar solo, que
Él quiere iluminarte, caminar contigo, quiere resucitarte.
Quizás
sientas desaliento, tristeza, desgana, desesperanza... es normal: en nuestras
fuerzas no podemos más y queremos que todo se acabe. Hoy Cristo viene a
resucitarte de tu muerte. Pero necesita tu libertad, necesita que tú quieras,
necesita que tú le des la mano. Porque para Él nada es imposible.
Quiere
entrar en tus miedos y cambiarlos por vida, entrar en tus temores y cambiarlos
por confianza, quiere entrar en todo lo que te mata y resucitarlo. Si le dejas
entrar en tu vida, todo será igual, pero todo será distinto. Tendrás luz y
esperanza para vivir esta situación. Y esa luz se transformará en amor para los
demás. Hoy en tu vida no puede estar la muerte, porque Cristo la ha vencido y
quiere que tú vivas.
Hoy
el reto del amor es encender la tele en familia y vivir la Eucaristía Pascual
juntos, cada uno poniendo en ella nuestras muertes y pidiéndole a Él que nos
resucite. Después, ¡celebradlo por todo lo alto! El que sepa hacer una tarta,
que la haga; el que le salga un buen plato, que cocine exquisito; el que
conozca un buen juego, que lo organice para todos... Juntos celebrad el triunfo
de la vida sobre la muerte. Nos podrán confinar, pero el espíritu no nos lo
pueden encerrar, por ello, Vive de Cristo, ha Resucitado.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma