San Sofronio fue patriarca
de Jerusalén entre los años 634 al 638 y un gran teólogo de la Iglesia así como
un luchador contra los monotelitas
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Dominio público |
Entró
como monje en el monasterio de San Teodosio, cerca de Jerusalén. Posteriormente
marchó a Alejandría donde conoció a San Juan Moshu, que es el autor del escrito
ascético “Leimon ho leimonon” o el “Leimonarion” (“El prado espiritual” o “el
jardín de los limoneros”), obra que es considerada como la continuación del
Patericon Egipcio (Apophthegmata Patrum). Sofronio se convirtió en su discípulo
y juntos peregrinaron a través de Siria, Palestina, Egipto y Roma.
Después
de la muerte de San Juan Moshu en Roma, San Sofronio se volvió a Jerusalén
llevándose consigo el cuerpo de San Juan, que sepultó en el cementerio del
monasterio de San Teodosio. Junto con San Máximo el Confesor, San Sofronio
comenzó a luchar contra los monotelitas, siendo el primero que se dio cuenta
del peligro que suponía esta doctrina que era apoyada por el emperador
bizantino Heraclio I (610-641), con la intención de conseguir la reunificación
entre la Iglesia miafisita (coptos) y la Iglesia de Constantinopla con el fin
último de reforzar las fronteras orientales del Imperio. Los miafisitas creían
que en Cristo había una sola naturaleza – la divina – ya que la naturaleza
humana desapareció en la naturaleza divina.
En
el año 633, mientras San Sofronio se encontraba aun en Egipto, tuvo una disputa
con el Patriarca monotelita Ciro de Alejandría y posteriormente, también con el
Patriarca Sergio de Constantinopla al que no pudo convencer sobre la justicia
de la fe ortodoxa.
Sofronio
fue elegido patriarca de Jerusalén en el año 634 y en su discurso ante quienes
lo eligieron, rechazó enérgicamente la enseñanza monotelita, siendo enviado
este discurso posteriormente en forma de carta encíclica al Papa Honorio y a
todos los demás patriarcas. En esta encíclica se incluye numerosas citas de
fuentes patrísticas, apoyando la existencia de las dos naturalezas en Cristo
(ver el artículo sobre San Máximo el Confesor).
El
Patriarca Sofronio participó activamente en la lucha por la defensa de
Jerusalén, pero se vio forzado a mediar sobre las condiciones de la rendición
de la Ciudad Santa con los conquistadores árabes, cuando esta fue tomada por
Omar en el año 637. Se dice que estando delante de la puerta de la Iglesia del
Santo Sepulcro, invitó a Omar a entrar en ella, pero el califa se negó diciendo
que si lo hacía, en adelante, sus seguidores cobrarían derechos sobre esta
iglesia.
Las cosas sucedieron exactamente así, pues más
tarde, todas las iglesias en las que Omar entró fueron transformadas en
mezquitas, lo que no ocurrió con la Iglesia del Santo Sepulcro, que hasta el
día de hoy se ha mantenido como santuario cristiano. San Sofronio tuvo éxito en
la obtención de determinados derechos civiles y religiosos para los cristianos,
pero a cambio de pagar anualmente un tributo. Un año después de este triste acontecimiento,
falleció: exactamente el día 11 de marzo del año 638.
Fuente: ACI