Mantén
tus oídos atentos
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Me
estaba cambiando para bajar al coro un poquito antes de la hora, cuando, de
pronto, un flash me recordó que tenía dos hábitos tendidos. Sí, había sido un
día de sol radiante, y aquella mañana, al terminar la lavadora, pensé que
seguro que se secarían.
Así
que bajé y, efectivamente, los cogí ya secos. Y me fui hacia el coro. Pero...
la sorpresa llegó cuando, al cruzar el siguiente pasillo y llegar al
claustro.... ¡estaba diluviando!
¿Cómo
podía ser?, si hace medio minuto estaba recogiendo la ropa y no llovía....
Estaba claro, ¡aquel flash había sido el Señor! Me había avisado que recogiera
la ropa porque iba a haber tormenta...
Cuando
finalmente llegué al coro, estaba asombrada, porque ese era el resumen de mi
día: si escuchas una inspiración que te pone en marcha, ¡síguela!
Y
es que cuántas veces nos habla el Señor por medio de cosas tan sencillas, pero
que, si lo seguimos, nos damos cuenta de que de verdad solo podía ser Él.
Cristo
siempre se está manifestando en nuestra vida, a cada instante, aunque muchas
veces son nuestros ojos los que no Le saben descubrir, o nuestros oídos los que
no Le saben escuchar... Sin embargo, la realidad es que Él siempre está
trabajando a nuestro favor; así nos lo dijo: “Mi Padre sigue actuando, y Yo
también actúo” (Jn 5, 17).
Hoy
el reto del amor es seguir las inspiraciones. En realidad se llaman “mociones”,
porque son susurros del Señor, que es quien te empuja a hacer algo bueno o a
evitar un peligro... y lo genial es que, seguir una vez la voz del Señor, te
abre aún más los oídos para oírle más y mejor. ¡No lo dudes, síguelo!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma