Acoger
a los cristianos de otra tradición significa, en primer lugar, mostrar el amor
de Dios por ellos, porque son hijos de Dios y hermanos nuestros
La
hospitalidad es una importante virtud ecuménica: significa reconocer que los
otros cristianos son verdaderamente nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Por
ello, "trabajar juntos para vivir la hospitalidad ecuménica, en modo
especial hacia aquellos cuyas vidas son más vulnerables, nos hará a todos
cristianos – protestantes, ortodoxos, católicos, a todos - mejores seres
humanos, mejores discípulos y un pueblo cristiano más unido". Fueron palabras
del Papa en la Audiencia General, en la Semana de Oración por la Unidad de los
cristianos.
Acoger
a los cristianos de otra tradición significa, en primer lugar, mostrar el amor
de Dios por ellos, porque son hijos de Dios y hermanos nuestros: fueron
palabras del Papa en la Audiencia General, reflexionando hoy en su catequesis
sobre el tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el de la
hospitalidad. Este tema fue
desarrollado por las comunidades de Malta y Gozo, a partir del
pasaje de los Hechos de los Apóstoles que habla de la hospitalidad reservada
por los habitantes de Malta a San Pablo y a sus compañeros de viaje, náufragos
con él. Un episodio sobre el cual el Papa habló, como él mismo recordó en este
día, en su catequesis de
hace dos semanas.
El amor de Dios en actos concretos de gentileza
Los apóstoles, dijo Francisco, recibieron
“el testimonio de la ‘rara humanidad’ de los habitantes de la isla de Malta.
Estas personas, que para ellos eran “extranjeros”, “aunque todavía no han
recibido la Buena Nueva de Cristo”, manifestaron “el amor de Dios en actos
concretos de gentileza”. De hecho, añadió, “la hospitalidad espontánea y los
gestos atentos comunican
algo del amor de Dios”.
El Espíritu Santo siembra sus gracias por todos
lados
“La hospitalidad es importante”, aseguró el
Papa, pues significa ante todo “reconocer que los otros cristianos son
verdaderamente nuestros hermanos y hermanas en Cristo”. Y esto no es un acto de
generosidad en un solo sentido porque “cuando acogemos a otros
cristianos", los acogemos "como un don" que se nos hace: esto
porque “el Espíritu Santo siembra sus gracias por todos lados”.
Acoger
a los cristianos de otra tradición significa, en primer lugar, mostrar el amor
de Dios por ellos, porque son hijos de Dios – hermanos nuestros – y también
acoger lo que Dios ha realizado en sus vidas.
La hospitalidad es una importante virtud ecuménica
El Pontífice remarcó que la hospitalidad
“es una importante virtud ecuménica”, y requiere “la voluntad de escuchar a
otros". Además implica “el
deseo de conocer la experiencia que otros cristianos tienen de
Dios y la
espera de recibir los dones espirituales que derivan”. Descubrir
esto – aseguró– es
una gracia. Por eso llamó a "estar disponibles y abiertos, con el
deseo de conocer su experiencia de fe, para vernos enriquecidos por ese don
espiritual”.
Trabajar juntos por los más vulnerables nos
acercará a la unidad
Haciendo presente que también hoy el mar en
que naufragó Pablo y sus compañeros de viaje es un lugar “peligroso para la
vida de otros navegantes”, de hombres y mujeres de todo el mundo “que afrontan
viajes riesgosos” para escapar de la violencia, de la guerra, de la pobreza, y
que, a diferencia de los malteses, muchas veces “no los dejan desembarcar en
los puertos”, siendo, además, “explotados por traficantes criminales”,
“tratados como números” y vistos como “una amenaza” por algunos gobernantes, el
Pontífice exhortó a “trabajar juntos”, como cristianos “para mostrar a los
migrantes el amor de Dios revelado por Jesucristo”.
La unidad es la voluntad de Dios para nosotros
"Podemos y debemos dar testimonio de
que no sólo hay hostilidad e indiferencia, - aseveró el Papa- sino que cada
persona es preciosa para Dios y amada por Él".