El
Papa pide a los participantes en la XXXI Reunión de las Partes en el Protocolo
de Montreal reflexionar sobre 3 puntos para proteger nuestro planeta
La XXXI Reunión de las Partes en el Protocolo de Montreal |
“Muchos estudios científicos, incluidos los
más recientes, atestiguan que el adelgazamiento de la capa de ozono se está
reduciendo gradualmente”. Es la afirmación que ha hecho el Papa Francisco en su
Mensaje con ocasión de la XXXI Reunión de las Partes en el Protocolo de
Montreal que está teniendo lugar del 4 al 8 de noviembre en la sede de la FAO
en Roma y en la que se está tratando sobre “las sustancias que agotan la capa
de ozono”.
Reto cultural: a favor o
en contra del bien común
En
dicho Mensaje, Francisco ha pedido a los participantes reflexionar sobre tres
puntos, prestando atención a los 35 años ya transcurridos desde la aplicación
del régimen internacional del ozono.
En
primer lugar, considera “necesario” subrayar y apreciar cómo surgió ese régimen
a partir de una cooperación amplia y fructífera entre la comunidad científica,
el mundo político, los agentes económicos e industriales y la sociedad civil y
asegura que esta cooperación ha demostrado cómo podemos "lograr resultados
importantes, que permitan a la vez salvaguardar la creación, promover el
desarrollo humano integral y cuidar el bien común, en un espíritu de
solidaridad responsable y con profundas repercusiones positivas para las
generaciones presentes y futuras" escribe el Papa en el mensaje.
Además,
para el Papa, este régimen internacional del ozono “nos permite confiar en que
aunque el período postindustrial quizás sea recordado como una de las más
irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del
siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves
responsabilidades", de hecho – puntualiza – “nos enfrentamos a un reto
cultural, ya sea a favor o en contra del bien común”.
La Santa Sede anuncia su
adhesión a la Enmienda Kigali
El
segundo punto sobre el que pide reflexionar es sobre el desarrollo tecnológico.
Aquí, el Papa pide que las soluciones tecnológicas “formen parte de una visión
más amplia que tenga en cuenta la variedad de relaciones existentes”, es decir,
que no se afronte este desafío cultural únicamente sobre la base de una
tecnología, ni sea considerada “como la única solución de los problemas”. En
este sentido, cita la nueva enmienda que se adoptó en 2016 al Protocolo de
Montreal: la Enmienda Kigali. “Dicha enmienda – escribe el Papa – tiene por
objeto prohibir las sustancias que, por sí mismas, no contribuyen a dañar la
capa de ozono, pero que afectan al calentamiento de la atmósfera y cuyo uso ha
aumentado como medio para sustituir a determinadas sustancias nocivas para la
capa de ozono”. Y no desperdicia la ocasión para anunciar que la Santa Sede
tiene la intención de adherirse a la Enmienda Kigali: “Con este gesto, la Santa
Sede desea seguir dando su apoyo moral a todos los Estados comprometidos con el
cuidado de nuestra casa común”.
Necesaria promoción del
desarrollo integral
Por
último, el Pontífice exhorta a “estructurar nuestras decisiones sobre la base
del concepto central de lo que podemos llamar "ecología integral",
basada en la comprensión de que "todo está conectado"”. Francisco
recuerda la importancia del cuidado de nuestra casa común, también explica que
vivimos en un momento histórico marcado por desafíos que son apremiantes pero
estimulantes para la creación de una cultura efectivamente dirigida al bien común.
“Esto exige – señala – la adopción de un enfoque clarividente del modo de
promover eficazmente el desarrollo integral de todos los miembros de la familia
humana, tanto cercanos como lejanos, en el espacio o en el
tiempo”. Además, este enfoque – concluye – “debe concretarse en
centros de educación y cultura donde se cree conciencia, donde se forme a las
personas en la responsabilidad política, científica y económica y, más en
general, donde se tomen decisiones responsables”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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