El
quitamanchas milagroso
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Durante
el lavado de la semana pasada, me di cuenta de que una prenda había quedado con
una mancha bastante notoria. Así que cogí el spray quitamanchas, le eché un
poco donde estaba y lo deje actuar. Poco después, con una frotadita salió
completamente, era increíble. Estaba tan alucinada de la eficacia de aquel
spray que, mientras aclaraba la prenda, me puse a leer el bote y me sorprendió
una característica: “anti-adherencias”.
Me
vino de golpe cómo a mí muchas veces me quedan manchas que no consigo quitarme:
la mancha de la falta de confianza en el Señor, la mancha del miedo, la del
racionalismo... Esas manchas se pegan a nosotros como quien no quiere la cosa
y, cuando te das cuenta, ya no logras quitarlas. Y, ¿qué tendrán las manchas,
que por muy pequeñas que sean, hacen que focalices toda tu atención en ellas?
Realmente
esas manchas no nos pertenecen, no nos pueden definir, pero, poco a poco, hemos
dejado que se adhieran a nosotros, y puede parecer que se han hecho uno con
nuestra forma de ser, con nuestras costumbres... Son manchas que todos nos
hemos intentado quitar de encima por nosotros mismos, sin embargo, al final,
uno se da cuenta de que no puede: ¡necesitamos el spray anti-adherencias!
Nuestro
spray es Cristo, solo Él es el que puede actuar sobre la adherencia de esas
manchas. Jesús lo ha realizado gratuitamente para nosotros por medio de Su
vida, por Su muerte y Resurrección, para que nosotros tengamos una vida nueva.
Como dice el Apocalipsis, “han lavado y blanqueado sus túnicas en la Sangre del
Cordero”. Cuando le dejamos actuar sobre nosotros, su poder es infinito, y su
Amor nos salva y nos cura.
Para
ello solo necesitamos rendirnos, dejarle actuar a Él, sabernos incapaces de
hacerlo nosotros, pero con la certeza de que su poder todo lo puede.
Hoy
el reto del amor es añadir un poco del spray de Cristo sobre tus manchas.
Entrégale de nuevo las riendas de tu vida, para dejar que su Amor vuelva a
impregnarlo todo, te limpie de esas manchas y haga que tu atención se centre en
vivir desde el Amor. ¡Cristo quiere que seas feliz! ¿Confías en Él?
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma