Salvaje
oeste... sin riesgos
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días, Víctor me regaló un cactus. Pero no es un cactus cualquiera: tiene
15 años, y le cuidaba él.
Cuando
me lo dijo, pensé que sería la típica maceta pequeña con un cactus tradicional.
Pero no, es grandísimo; me recuerda a cuando mi padre veía películas del oeste,
que siempre había cactus de tamaño inmenso en el desierto. Pues uno de esos me
regaló.
Pero,
junto a la maceta, trajo unos guantes especiales muy duros para que, cuando
tocara el cactus para transplantarle o quitarle futuros hijos o demás, no
tuviera miedo a pincharme y pudiera trabajar con confianza. Esto me impresionó
mucho. No solo pensó en que me gustan los cactus, sino que su mirada fue más
allá, y se las ingenió para que el cactus no me hiciera daño.
Esto
es lo que muchas veces nos pasa con las personas: que las queremos pero, cuando
nos pinchan, no sabemos muy bien qué hacer, y lo más fácil es abandonar y no
tratarlas. Pero, no, hay que ponerse los guantes y no tener miedo.
¿Y
cómo me puedo poner los guantes, cómo me puedo proteger para que no me pinchen?
Muy
fácil: dejándote cuidar por Jesús. Nosotros, siempre que actuamos, lo hacemos
por referencia. Sí, cuando amas, lo haces en referencia a cómo te han amado a
ti; igual cuando perdonas o cuando tratas a una persona.
Por
ello, lo más importante es tener una referencia fuerte, sólida y, sobre todo,
que te dé vida. Nuestra referencia tiene que ser Cristo.
Para
en la oración con Jesús y déjate cuidar por Él, deja que Jesús quite todas las
espinas que tienes en tu corazón, deja que Jesús te lave los pies para después
hacerlo tú también. En ti no encontrarás vida, la vida está en Cristo, y Él
está deseando dártela, solo tienes que querer. Él tiene los guantes preparados,
solo está esperando a que extiendas tus manos para ponértelos.
No
tengas miedo de tratar a Jesús: es la persona que más te ama, así como estás y
como eres.
Hoy
el reto del amor es abrir un poco de tu libertad para que Cristo entre en ella,
y hoy el día se volverá luz. Y dejarás de tener miedo por tener que volver a
trabajar. Porque sabes que no estás solo, Cristo está en ti siendo fuerte.
Pídele a Jesús que hoy se manifieste en tu vida y te ponga los guantes del
amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma