¡La
gran alegría de cada día!
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En
estas tierras del norte, ya comienzan a madurar los frutos del huerto: tomates,
berenjenas, pepinos, etc. Pero a estas alturas, ¡todavía no hemos visto ni uno
para poder comerlo!
Ayer,
me vino Joane y me dijo: “Tengo algo para darte que te gustará mucho…” Yo
desperté todas mis alertas y, con ilusión, esperaba y me decía: “¿Qué será?…”
Y,
al poco tiempo, bajé al refectorio a merendar y me encontré, en mi plato, ¡un
tomate rojo precioso!… Y pensé: “¡Ya han madurado y nos han puesto uno a cada
una...!” Pero no… Miré, ¡y en todo el refectorio solo estaba el mío!
Entonces
caí en la cuenta de que esta era la sorpresa y el regalo que me quería hacer
Joane… ¡Ella sabe lo que me gustan los tomates!... Y me dijo después: “¡Es el
primero que ha salido en el huerto del Noviciado, y enseguida pensé que te
agradaría comerlo!”
Yo
me alegré mucho porque en verdad me gustan, y me sentí muy contenta del detalle
de cariño que tuvo conmigo…
Y
por la tarde, ya en el silencio de la oración, el Señor me ilustraba esta
“pequeña alegría”:
“¡Tú
te has sentido muy contenta y saboreado algo que os sirve de vida del cuerpo…!
¡Cuán grande será la alegría que te da mi Padre Dios!: Primero, te sienta a su
mesa, porque ha puesto su Amor en ti y eres predilecta y bella a sus ojos...
¡Te da como comensales a los mismos ángeles y a los santos de Dios, estos
hermanos tuyos que en vida le fueron agradables…! Y, sobre todo… ¡te da un
“manjar delicioso”: el mismo Cristo, con su Cuerpo y Sangre, en la Eucaristía,
y esto, para la vida del alma!... Algo que tú no has cultivado, ni hecho
crecer, ni has producido su fruto: Dios mismo es el que te lo regala, ¡como “la
gran sorpresa de cada día”...! Y todo, porque te quiere y eres suya…”
¡Esto
sí que es alegría perfecta en esta vida...!¡Algo que supera todas nuestras
expectativas y deseos…!
Doy
gracias a Dios, porque Él es todo Don y goza dándose y sorprendiendo a sus hijos
con tan gran regalo: ¡el mismo Cristo, su Hijo!
Hoy
el reto del amor es... ¡despertar la sorpresa y la acción de gracias al recibir
el mejor alimento, a Jesús vivo en la Eucaristía! Siempre que lo deseo…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma