La
apertura de los archivos sobre Pío XII, decidida por el Papa Francisco,
permitirá un estudio objetivo de la figura del Papa Pacelli, a menudo criticada
superficialmente
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Pío XII, abril 1944: distribución de pan a los desplazados |
Lo
afirma el Prefecto del Archivo Secreto Vaticano. Dentro de un año estarán
disponibles los documentos del Papa, de la Curia y de las representaciones
pontificias desde 1939 a 1958
El
Papa Francisco, al recibir en audiencia a los superiores, empleados y
colaboradores del Archivo Secreto Vaticano, anunció hoy su voluntad de abrir
los archivos de la Santa Sede relativos al pontificado de Pío XII el 2 de marzo
de 2020. De este modo, los investigadores cualificados podrán consultar un gran
volumen de documentos recogidos en el Vaticano durante el período comprendido
entre el 2 de marzo de 1939 y el 9 de octubre de 1958. Es un anuncio largamente
esperado por los estudiosos, que coincide con el ochenta aniversario de la
elección de Eugenio Pacelli.
Los
detalles de la iniciativa se describen en un artículo de Mons. Sergio Pagano,
Prefecto del Archivo Secreto Vaticano, que se publica en la edición de
L’Osservatore Romano de esta tarde y que ha sido anticipado por la Oficina de
Prensa de la Santa Sede. "La importante iniciativa del Papa Francisco
-escribe Pagano en el artículo- tiene detrás un largo período de preparación,
durante el cual los archiveros del Archivo Secreto Vaticano y sus colegas de
otros archivos del Vaticano han llevado a cabo un paciente trabajo de
clasificación, censo e inventario de los numerosos fondos y documentos".
El
Prefecto recuerda que en 2004 San Juan Pablo II ya había puesto a disposición
de los investigadores la amplia colección de la Oficina Vaticana de Información
para Prisioneros de Guerra (1939-1947) del Archivo Vaticano, "compuesta
por 2.349 unidades de archivo, divididas en 556 sobres, 108 registros y 1.685
cajas de documentación, con un archivo alfabético, lo que equivale a unos 2
millones y 100.000 registros, relativos a prisioneros militares y civiles,
desaparecidos o internados, de los cuales se buscaba información. Un fondo
que fue investigado de inmediato y que hoy en día sigue siendo muy solicitado
por los estudiosos privados o los familiares de los prisioneros
fallecidos".
En
el momento de la apertura del pontificado de Pío XI (1922-1939), que tuvo lugar
en 2006 a instancias de Benedicto XVI, "ya se estaba trabajando en la
preparación progresiva del material documental de Pío XII, que muchos
estudiosos exigían cada vez con mayor insistencia". La cantidad de trabajo
"era ciertamente pesada" y el trabajo ha continuado hasta el día de
hoy. Como consecuencia de la decisión del Papa Francisco, se abrirán hasta
octubre de 1958 – explica el Prefecto Pagano - "el
Archivo Secreto Vaticano, el Archivo Histórico de la Sección para las
Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, el Archivo Histórico de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, los Archivos Históricos de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, los Archivos Históricos de
la Congregación para las Iglesias Orientales, los Archivos de la Fábrica de San
Pedro y, según las diversas modalidades y formas de acceso, también otros
Archivos Históricos de Congregaciones, Dicasterios, Oficinas y Tribunales, a
discreción de sus superiores".
Cada
uno de estos archivos tiene sus propias reglas, sistema de reserva y, por
supuesto, índices e inventarios relativos a su documentación, que ya están
disponibles.
Limitándose
a describir sólo las nuevas fuentes del Archivo Secreto que estarán a
disposición de los estudiosos, Monseñor Pagano cita alrededor de 151.000
posiciones (cada una de las cuales consta de docenas de hojas) de la Secretaría
de Estado. Se han preparado descripciones computarizadas precisas de esta
documentación, que también están disponibles en papel (68 volúmenes de índices). Luego
están los llamados "sobres separados", que contienen documentación
sobre temas o instituciones individuales, siempre organizados por la Secretaría
de Estado, por "un total de 538 sobres, de los cuales habrá una lista
descriptiva precisa". De la misma fuente "las 76 unidades ahora
llamadas Papeles Pío XII, que contienen manuscritos de Eugenio Pacelli antes
del pontificado y después durante éste, así como mecanografías de sus numerosos
discursos, a veces con correcciones manuscritas".
Existen
también otras tres importantes colecciones de archivos "especiales".
El primero es el de la Comisión de Socorro, el segundo se llama simplemente
Beneficencia Pontificia, y el tercero es el de la Oficina de Migraciones,
creada para tratar el problema de la repatriación de los diferentes prisioneros
y refugiados, así como el creciente problema de la migración, causado por la
pobreza de algunos países europeos.
También
estarán disponibles los documentos de las representaciones pontificias:
"Para cada representación pontificia se ha preparado un inventario
preciso, guía indispensable para el investigador (unos 81 índices por un total
de más de 5.100 sobres). Estos inventarios también pueden consultarse en la red
Intranet de los Archivos del Vaticano para comodidad de los estudiosos y para
facilitar su investigación en diversos campos".
En
definitiva, una inmensa labor de catalogación "a la que se han dedicado
con constancia y exclusividad veinte funcionarios del Archivo Vaticano,
asistidos, en la medida de lo posible, por titulados de la Escuela de
Paleografía, Diplomacia y Archivística del mismo Archivo". Y lo mismo
ocurre con los otros archivos históricos de la Curia romana que serán ahora abiertos para
el pontificado de Pacelli. “Ciertamente fue un trabajo", escribe
Pagano, "pero creo que es un trabajo sostenido por cierto entusiasmo,
tanto porque sabíamos que estábamos trabajando para una futura investigación
histórica en relación con un período crucial para la Iglesia y para el mundo,
como porque los documentos eran todo, menos que asépticos". Ellos
hablaban, hablan y espero que hablen a los investigadores e historiadores de
una obra casi sobrehumana de "humanismo" cristiano. (se hablaba de
"diplomacia de la caridad"), activa en el embrollo tormentoso de
aquellos acontecimientos que a mediados del siglo XX parecían decididos a
aniquilar la noción misma de civilización humana".
"En
ese triste y terrible escenario -concluye el Prefecto del Archivo Secreto
Vaticano-, tanto antes de la última guerra como durante su trágico curso, y
después de ella, destaca con sus propias connotaciones la gran figura de Pío
XII, demasiado superficialmente juzgada y criticada por algunos aspectos de su
pontificado, que ahora, gracias también a la reciente apertura deseada con
confianza por el Papa Francisco, creo que puede encontrar entre los
historiadores alguien que sepa investigarla, ahora sin prejuicios, pero con la
ayuda también de nuevos documentos, en todo su realismo y riqueza".
La
investigación en el Archivo Secreto Vaticano, como leemos en la página
web http://asv.vatican.va/content/archiviosegretovaticano/it/consultazione/accesso-e-consultazione.html,
es "gratuita y abierta a estudiosos cualificados, interesados en llevar a
cabo investigaciones de carácter científico. El requisito necesario es tener un
título de especialista (cinco años) u otro título universitario equivalente
(para los clérigos la licencia o el doctorado).
Es
necesario dirigir la solicitud al Prefecto, indicando los motivos de la
investigación y acompañarla de una "carta de presentación de un instituto
de investigación histórico-científico acreditado o de una persona cualificada
en el campo de la investigación histórica (profesor titular de una cátedra
universitaria)". El certificado del último título académico obtenido
también debe adjuntarse a la solicitud.
Sergio
Centofanti - Ciudad del Vaticano
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