Salvar la distancia entre culturas para
que el Evangelio entre en Japón
Misioneros por el Mundo vuelve este domingo 24 de marzo a Japón. 120
misioneros españoles viven en este momento en Japón para tender puentes con una
cultura que está también llamada a abrir su corazón a Jesucristo.
En el país del sol naciente encontramos a un grupo de jóvenes sacerdotes
diocesanos pertenecientes al Instituto Español de Misiones Extranjeras
(IEME): Pablo Seco Pernas, de la diócesis de Alcalá de
Henares; Desiderio Cambra Arróniz, de Pamplona, Pascual Saorín Camacho, de Cartagena; y Carlos Munilla Serrano, de Zaragoza. Y también a dos
religiosas que llevan medio siglo en Japón: una Esclava del Divino
Corazón, Josefa Ruiz Rodrigo, de Jaén; y Mª Antonia Sanz, Misionera de Cristo Jesús, de
Masarrochos (Valencia).
Desde una de las 4 parroquias que llevan los sacerdotes del IEME, Pablo Seco dice que en Japón intenta imitar a la
Virgen María, porque como Ella, con mucha humildad dice: “la tarea es muy
grande, incapaz de hacer nada de lo que me piden pero creo que es importante
decirle que sí a Dios y transmitirle al mundo a Jesús”. Como dice Pablo, los
japoneses “tienen derecho a escuchar el mensaje de Jesús” y los misioneros
tienen que “hacer el esfuerzo de transmitirlo”.
En otra de las parroquias, los misioneros atienden una residencia de
ancianos, en la que veremos a otro misionero del IEME, Desiderio Cambra, que lleva 47 años en Japón. También
entre los abuelos, este misionero veterano dice que el objetivo es “buscar
maneras de sembrar, de que conozcan a Jesús, que es lo importante.”
Otro de los misioneros, Pascual Saorín, que
lleva 17 años en Japón, recibe a Misioneros por el Mundo en la ciudad de
Marugame. Para Pascual, los misioneros son “la ventana abierta por la cual la
luz del Evangelio va a entrar en Japón”. Allí, es vicario de la diócesis de
Takamatsu, atiende una pequeña parroquia de unos 300 cristianos, y es capellán
de la guardería católica de “Santa María”. Los valores cristianos son muy
atractivos en la cultura japonesa, y por eso, muchos padres eligen esta
guardería para sus hijos.
Finalmente, desde Kishiwada, Carlos Munilla habla
desde unos de los barrios más pobres, donde acompaña algunos grupos de
formación y diálogo. En Japón, el misionero se encuentra con dificultades
culturales, antropológicas y espirituales, por eso, uno de los desafíos del
misionero es salvar la distancia entre culturas para poder transmitir el
Evangelio. Dos japonesas que se preparan para recibir el Bautismo, dan fe de
que esas distancias pueden salvarse. Aunque el misionero confiesa que para un
japonés el conflicto es “cómo aprender a ser cristiano sin dejar de ser
japonés”.
Carlos sabe bien que en Japón, “la
misión cuenta en los pequeños detalles: en cada grupo, en cada saludo, cada vez
que vas a comprar el pan y tienes oportunidad de hablar con alguien”. En una
población donde hay tanta soledad, el misionero sabe que la Iglesia puede “dar
palabras de esperanza cada vez que visita a un enfermo y acompañar esa soledad
que mucha gente mayor vive”.
Carlos es amigo de una comunidad de Esclavas del Divino Corazón, en la que
se encuentra Josefa Ruiz, que ha dedicado
los 55 años de misionera en Japón a “amar a Dios y darlo a conocer”. Esta
misionera octogenaria tiene claro que lo que puede dar a este país es “su fe,
su esperanza y su amor”, y añade, “su alegría de Andalucía”.
La última misionera que sale en el programa es la hermana Mª Antonia Sanz, que desde hace 10 años se
encuentra en Tokyo. Ahora trabaja como voluntaria en un comedor para unas 350
personas, que llevan los Misioneros de la Caridad, donde algunos “homeless” que
acudían en busca de un plato de comida, han encontrado también la fe. Pero la
comida sale a la calle los sábados, para ser repartida junto al río
Sumnida-kawa, uno de los más importantes de Tokyo, donde muchos pobres, la
mayoría jubilados, esperan su turno para comer.
Misioneros por el Mundo es un programado realizado por TRECE TV en
colaboración con OMP.
Se emite los domingos a las 13,45 horas. Los programas se pueden seguir
en directo on line; y tras su
emisión, verse en la web del programa.
Fuente:
OMP