Conectados
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Los
próximos días, las del Novi vamos a estar de “manitas” por Comunidad, reparando
alguna cosilla. Estamos “de película”: con taladro en mano, herramientas,
cables... ¡y, sobre todo, alegría y entusiasmo por poder echar una mano!
Ayer
por la mañana nos tocaba cambiar un punto de acceso. Este es un aparatito que
recibe la señal de Internet por cable y la expande por wifi.
Cuando
nos pusimos a estudiar cómo se instalaba aquello, descubrimos que, para que
funcione, solo necesita un cable, nada más. Sí, porque por ese mismo cable
recibe todo lo que necesita: la corriente eléctrica y la señal de Internet.
“¡Qué
bueno!”, me dije. Esto es como nosotros, que solo necesitamos un Cable para
“funcionar”: nuestro cable es Cristo. De Él recibimos todo lo que necesitamos:
la corriente que nos activa, que procede de la oración, del diálogo con Él,
pues cada día tiene una Palabra de Vida para ti; y la señal, que es Su Amor:
esta es la que luego nosotros vamos a expandir a todos los de nuestro
alrededor.
Cristo
siempre se quiere manifestar de esta manera en nuestras vidas, lo que sucede es
que muchas veces no sabemos verle, o las circunstancias que estamos viviendo
nos hacen quedarnos estancados en nuestros propios problemas. Sin embargo, Él
está ahí, y tan solo necesita que le abramos de nuevo el corazón, que le demos
un voto de confianza para poder ver cómo Él lo va a hacer, que volvamos a
dejarnos amar por Él. Solo así ese Cable volverá a conectarse en nuestro
corazón y la Vida fluirá sin detenerse.
¡Cristo
es todo lo que necesitamos para ser felices! Ni las circunstancias, ni nada
podrá separarnos de Él.
Hoy
el reto del amor es abrir el corazón. Esto es algo muy fácil de decir, pero es
muy difícil de hacer, precisamente porque no se puede hacer con la cabeza sino
solo con el corazón. Por eso hoy, si necesitas que Cristo se manifieste en tu
vida, ábrete de nuevo a Cristo, pídele descubrir qué es eso que te está
impidiendo abrirte a confiar en Él. ¡No tengas miedo! Con Cristo, la vida se
vuelve una aventura.
Su
parte está hecha, ¿y la tuya? ¿Le dejas conectarse a ti?
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma