Papa Francisco exhorta a contemplar a Dios Niño “que irradia luz en la humildad del pesebre”, para convertirnos en testigos “de humildad, ternura y bondad”
Agradecimientos
del Papa Francisco a los donadores del árbol de navidad y Pesebre instalados en
la Plaza de San Pedro en el Vaticano, dos signos que nos hablan de la Navidad
“y nos ayudan a contemplar el misterio de Dios hecho hombre para estar cerca de
cada uno de nosotros”.
Unas
horas antes de la inauguración del Árbol de Navidad y Pesebre instalados en la
Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre se ha reunido con los
donadores y escultores para expresarles sus más sinceros agradecimientos:
“Dirijo mis cordiales saludos a cada uno de ustedes, comenzando por el
Patriarca de Venecia y el Obispo de Concordia-Pordenone, un saludo deferente a
las autoridades civiles y a todos los habitantes de Jesolo, Pordenone, Veneto y
Friuli-Venecia Julia, que ustedes representan aquí” ha expresado esta mañana el
Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano, sin olvidarse de todos los
que han cooperado para la realización de estos signos natalicios, agradeciendo
especialmente a “los cuatro escultores” que tallaron el pesebre, “a los
técnicos” y “al personal de la Gobernación”.
Signos natalicios: reflejo
de la ternura de Dios
El
árbol y el Pesebre, “dos signos que nunca dejan de fascinarnos” - ha asegurado
el Papa Francisco - “nos hablan de la Navidad y nos ayudan a contemplar el
misterio de Dios hecho hombre para estar cerca de cada uno de nosotros”. Pero
también pueden llevar a las familias y a los lugares de encuentro “un reflejo
de la luz y la ternura de Dios, para ayudar a todos a vivir la fiesta del
nacimiento de Jesús".
El árbol de Navidad
recuerda que Jesús es la luz del mundo
El
árbol que esta Navidad adorna la Plaza de San Pedro, procedente del norte de
Italia y con una altura de 20 metros, simboliza “a Dios que con el nacimiento
de su Hijo Jesús se ha entregado al hombre para elevarlo a sí mismo y
levantarlo de las nieblas del egoísmo y el pecado” ha dicho el Papa. Además,
con sus luces nos recuerda “que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma
que aleja la oscuridad de las enemistades y deja espacio para el perdón”.
Pesebre de arena, material
pobre que recuerda la humildad
El
Pesebre de este año, ubicado en el centro de la Plaza, está hecho con arena
jesolana, originaria de los Dolomitas. La arena, “material pobre” – ha
puntualizado el Papa – “recuerda la simplicidad, la pequeñez con que Dios se
mostró con el nacimiento de Jesús en la precariedad de Belén”. En este sentido,
el Pontífice señaló que puede parecer que esta pequeñez “vaya en contradicción
con la divinidad”, tanto que alguno desde el principio la ha considerado solo
como una apariencia; “pero no” – dice Francisco – “porque la pequeñez es
libertad”. Además, expresa que todos estamos llamados a “ser libres ante Dios”
y a tener “la libertad de un niño ante su padre” y explica que el Niño Jesús
que colocamos en el pesebre “es Santo en la pobreza, la pequeñez, la sencillez
y la humildad”.
Por
último, expresando sus mejores deseos para una Feliz Navidad, exhorta a
contemplar a Dios Niño “que irradia luz en la humildad del pesebre”, para
convertirnos en testigos “de humildad, ternura y bondad”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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