3 Dom. Adviento (Ciclo C)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, sed bienvenidos a la celebración del tercer domingo de Adviento.
Avanzando
en este tiempo de gracia, hoy celebramos el domingo de la alegría. Con su
celebración, parece como si la Liturgia de la Iglesia nos quisiera dar un espaldarazo
para crear en nosotros las disposiciones necesarias para acoger la venida del
Señor.
Pongámonos en su presencia y llenos de gozo encendamos la tercera vela de la Corona de
Adviento.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
El
Señor está cerca, no tardará en venir. Las lecturas de hoy nos lo anuncian y
nos invitan a esperarle con alegría.
Sin
embargo nuestra espera no debe ser pasiva. La Palabra de Dios nos pide que
nuestra vida cotidiana cambie y cree las condiciones para que el Señor pueda
venir a nuestra vida y, a través nuestro, a nuestro mundo.
Escuchemos
con atención las lecturas que hoy se nos proclaman, ellas nos interpelan a cada
uno de nosotros, personalmente.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada petición respondemos: ¡Maranatha, Ven Señor Jesús!
-
Pidamos por la Iglesia, Pueblo de Dios, para que nos preparemos a recibir a
Jesucristo, fuente de toda alegría. OREMOS.
-
Por los que tienen influencia, social, política y económica en nuestro mundo,
para que lejos de buscar su provecho la pongan al servicio de la sociedad. OREMOS.
-
Por los que son perseguidos a causa de la fe, para que la venida de Cristo les
llene de esperanza, les dé fortaleza y valentía. OREMOS.
-
Por los que en estos día añoran a sus seres queridos, para que tengan la
esperanza de que viven con el Señor en la gloria de su Reino. OREMOS.
-
Por los enfermos, por los que trabajan en precario, por los sin techo, por los
que están solos, para que la solidaridad de los cristianos les prepare para
reconocer a Jesús como su salvador. OREMOS.
-
Por los que participamos de esta Eucaristía, para que alegres por la venida del
Señor promovamos en nuestro entorno una espera activa. OREMOS.
ORACIÓN
FINAL
Gracias,
Padre de bondad,
porque
en la celebración de esta Eucaristía
tu
Iglesia nos ha anunciado
la
pronta venida de tu Hijo.
Señor,
este anuncio nos ha llenado de gozo
y
nos ha alentado una esperanza activa.
Padre
de misericordia,
¡Cómo
necesitamos escuchar este anuncio!
¡Cómo
deseamos que nuestro corazón se inflame
con
la esperanza de ver tu promesa cumplida!
Tantas
son las malas noticias que nos golpean,
tantos
los miedos que nos paralizan
y
tantas las deserciones que nos desesperan,
que
sólo el anuncio de que Jesús viene a nosotros
es
capaz de abrirnos a la confianza
y
entregarnos a la alegría.
Padre
de Jesús y Padre nuestro,
te
pedimos que no nos acostumbremos
a
escuchar la buena noticia de la venida de tu Hijo.
También
te pedimos que la gracia de tu Espíritu
nos
prepare a estar a la espera gozosa
de
que tu amor cumpla esa promesa.
Amén.