Sois
el presente, sed el futuro más luminoso
En
la escucha del "Cristo eternamente joven", los Padres sinodales
escriben a los jóvenes de todo el mundo una carta que fue leída al finalizar la
misa de clausura del Sínodo de los Obispos: "Que nuestras debilidades no
os desanimen, y los pecados no sean la causa de perder vuestra confianza. La
Iglesia y el mundo necesitan urgentemente vuestro entusiasmo".
Antes
de finalizar la misa de clausura de la XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de
los Obispos, el Card. Lorenzo Baldisseri, leyó en nombre de los Padres
sinodales, una carta dedicada a los jóvenes de todo el mundo, animándoles a
seguir perseverando en el camino de la fe, a pesar de los obstáculos que surjan
a lo largo de la vida:
"Que
nuestras debilidades no os desanimen, y los pecados no sean la causa de perder
vuestra confianza. La Iglesia y el mundo necesitan urgentemente vuestro
entusiasmo. Sois el presente, sed el futuro más luminoso", escriben.
A
continuación, compartimos la traducción del texto integral en
español:
Nos
dirigimos a vosotros, jóvenes del mundo, nosotros como padres sinodales, con
una palabra de esperanza, de confianza, de consuelo. En estos días hemos estado
reunidos para escuchar la voz de Jesús, “el Cristo eternamente joven” y
reconocer en Él vuestras muchas voces, vuestros gritos de alegría, los
lamentos, los silencios.
Conocemos
vuestras búsquedas interiores, vuestras alegrías y esperanzas, los dolores y
las angustias que os inquietan. Deseamos que ahora podáis escuchar una palabra
nuestra: queremos ayudaros en vuestras alegrías para que vuestras esperanzas se
transformen en ideales. Estamos seguro que estáis dispuestos a entregaros con
vuestras ganas de vivir para que vuestros sueños se hagan realidad en vuestra
existencia y en la historia humana.
Que
nuestras debilidades no os desanimen, que la fragilidad y los pecados no sean
la causa de perder vuestra confianza. La Iglesia es vuestra madre, no os
abandona y está dispuesta a acompañaros por caminos nuevos, por las alturas
donde el viento del Espíritu sopla con más fuerza, haciendo desaparecer las
nieblas de la indiferencia, de la superficialidad, del desánimo.
Cuando
el mundo, que Dios ha amado tanto hasta darle a su Hijo Jesús, se fija en las
cosas, en el éxito inmediato, en el placer y aplasta a los más débiles,
vosotros debéis ayudarle a levantar la mirada hacia el amor, la belleza, la
verdad, la justicia.
Durante
un mes hemos caminado juntamente con algunos de vosotros y con muchos otros
unidos por la oración y el afecto. Deseamos continuar ahora el camino en cada
lugar de la tierra donde el Señor Jesús nos envía como discípulos misioneros.
La
Iglesia y el mundo tienen necesidad urgente de vuestro entusiasmo. Hacéos
compañeros de camino de los más débiles, de los pobres, de los heridos por la
vida.
Sois el presente, sed el futuro más luminoso.
Roma,
28 octubre 2018
Vatican
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