Después
del Acuerdo Provisional firmado entre la Santa Sede y Pekín, el papa Francisco
envío un mensaje dirigido a los católicos en China y esperanzador para los
fieles del mundo
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Shutterstock-Paolo Bona |
Dos obispos chinos participarán en el
próximo Sínodo dedicado a los jóvenes (3-28 octubre 2018), uno de los primeros
pasos visibles del acuerdo firmado entre la Santa Sede y Pekín el 22 de
septiembre de 2018, según informó a la prensa y difundido en varios medios
internacionales, Wang Zuo’an, director
de la Administración estatal para asuntos religiosos (SARA) y reportado por la
agencia AsiaNews.
Gesto que no es cosmético, como
se temían algunos retractores. Más de cinco décadas han pasado para que los
obispos del gigante asiático visitaran las tumbas de San Pedro y San Pablo en
Roma. Ahora se espera la llegada de los obispos Giovanni Battista Yang Xaoting y Joseph
Guo Jincai, quien ha regresado a la comunión eclesial.
Desde el 25 de enero de 1959
cuando Juan XXIII anunció la apertura del
Concilio Vaticano II, se esperaba recibir a los obispos de la ‘nueva China’ en
la sede de Pedro. Pero, el entonces presidente del Partido Comunista de China, Mao Zedong, preparaba la lucha
ideológica que lanzó oficialmente el 16 de mayo de 1966 contra aquellos que
consideraban enemigos del comunismo y del partido. La Revolución cultural
mezclaba persecución, clandestinidad y sufrimiento para los obispos,
sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles en comunión con Roma y daba espacio
a las ordenaciones ilegítimas.
Sin éxito, Juan
Pablo II invitó a los obispos de China para participar en
el Sínodo de 1998 (Mattia Duan Yinming y Giuseppe Xu Zhixuan, obispos de
Wanxian) y Benedicto XVI hizo igual para el evento
sinodal de 2005 (Antonio Li Duan de Xi’an, Aloysius Jin Luxian de Shanghái,
Giuseppe Wei Jingyi Qiqihar y Lucas Li Jingfeng de Fengxiang). Los obispos no
recibieron el permiso debido a que no existía un acuerdo firmado con la Santa
Sede, a pesar de los llamados de los papas a mantener ‘relaciones de amistad’.
La República Popular de China,
de hecho, siempre ha considerado al Papa un líder extranjero usurpador de su
autonomía en materia de organización de la nación y, por ende, de la manera
cómo viven la religión, regulada por el estado, la población.
Luego
de diez años de esfuerzos diplomáticos al final del túnel se ve una luz. Francisco aseguró que el Acuerdo Provisional
tiene como único objetivo: “llevar a cabo los fines espirituales y pastorales
que le son propios (a la Iglesia); es decir, sostener y promover el anuncio del
Evangelio, así como el de alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la
comunidad católica en China”.
Una vez más, el Papa reafirmó la
convicción del diálogo puesta por sus últimos dos predecesores que iniciaron el
camino del Acuerdo Provisional y que “significa conocerse, respetarse y
“caminar juntos” para construir un futuro común de mayor armonía”.
Mensaje a los católicos chinos y a los jóvenes
La noticia del viaje a Roma de los dos
obispos chinos es un paso significativo para que el Acuerdo Temporal se
convierta sucesivamente en permanente, además de ser un ‘voto de confianza’
recíproco y el sínodo asimismo sea una oportunidad para crear mayor unidad en
la diversidad involucrando a nivel de decisiones en la Iglesia Universal a
pastores provenientes de una tierra milenaria y protagonista de los cambios
culturales en acto de la mundialización y que afectan a los jóvenes.
Francisco advierte a los jóvenes
chinos: “Muchas son las tentaciones de hoy: el orgullo del éxito mundano, la
cerrazón en las propias certezas, la supremacía dada a las cosas materiales
como si Dios no existiese. Vayan contracorriente y permanezcan firmes en el
Señor”.
Precisamente, en el
mensaje a los católicos chinos y a la Iglesia universal (26.09.2018), el
Papa recordó que la celebración del Sínodo de los Jóvenes, también es una
invitación para que ellos colaboren en la construcción del futuro de su País
“con los dones personales que han recibido y con su fe joven”.
“Les animo a llevar a todos, con
su entusiasmo, la alegría del Evangelio”. Además, les instó a acoger como “guía
segura al Espíritu Santo” y no tener “miedo” de escuchar la voz del Señor que
les pide “fraternidad, encuentro, capacidad de diálogo y de perdón, y espíritu
de servicio, a pesar de tantas experiencias dolorosas del pasado reciente y de
las heridas todavía abiertas”.
El temor y la esperanza
En China existe el temor de las
consecuencias de esta apertura. No obstante, es esperanzador el Acuerdo
Provisional porque ha traído como consecuencia que el Papa Francisco haya
cancelado la excomunión de los siete obispos oficiales que fueron ordenados sin
el mandato pontificio. Y el segundo aspecto por destacar es que el Vaticano ha
decidido constituir la diócesis de Chengde, sufragánea de Beijing, cuya
jurisdicción pasará a manos del obispo Guo Jincai, que ha regresado a la
comunión eclesial.
Según los últimos datos de la
Santa Sede, en la nueva diócesis hay cerca de 25.000 católicos, distribuidos en
12 parroquias, en las que prestan servicios pastorales 7 sacerdotes, unas diez
religiosas y algunos seminaristas.
¿Quiénes son los obispos chinos que participarán en el Sínodo?
Giovanni Battista Yang Xaoting, 54 años, fue ordenado sacerdote de
Zhouzhi en 1991. Estudió en Italia a partir de 1993 y obtuvo el doctorado en
Sagrada Escritura en la Universidad Urbaniana en 1999. De 2000 a 2002 siguió
estudiando en Estados Unidos, en donde se licenció en Sociología. Fue nombrado
por el Papa Benedicto XVI coadjutor de Yan’an en 2006, enseñó en el seminario
de Xi’an desde 2002 hasta que fue consagrado obispo el 15 de julio de 2010 con
el mandato pontificio y con el reconocimiento del gobierno.
El obispo fue el primer
sacerdote chino que obtuvo un doctorado en una Universidad Pontificia después
de los años setenta. En marzo de este año, el obispo Yang participó en Roma en
la Conferencia Internacional: “Cristianismo en China. Impacto e inculturación”,
promovida por la Facultad de Misiología de la Pontificia Universidad
Gregoriana.
Joseph Guo
Jincai, de 50 años, nacido
en Chengde y Secretario general de la Conferencia de los obispos chinos,
organismo sin reconocimiento de la Santa Sede, estudió en el seminario de Hebéi
hasta 1992. El nuevo obispo de Chengde fue ordenado sin mandato pontificio
en noviembre de 2010. La ordenación episcopal, la primera administrada
ilegítimamente a partir de 2006, se llevó a cabo a pesar de los reclamos de la
Santa Sede.
Guo
Jincai es uno de
los siete obispos canónicamente legitimados y que han vuelto a ser recibidos en
la comunión plena por el Papa Francisco. La Iglesia de Roma ahora espera se
“pueda comenzar un nuevo camino que permita superar las heridas del pasado
realizando la plena comunión de todos los católicos chinos”.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia