“Construyendo
consenso para un desarrollo equitativo y sostenible: la contribución de las
religiones para un futuro digno”; es el tema del Foro Interreligioso G20 que se
lleva a cabo en Buenos Aires
Se
publicó ayer el Mensaje del Santo Padre al Foro
Interreligioso G20 que se lleva a cabo en Buenos Aires, del 26 al 28 del
corriente con el tema “Construyendo consenso para un desarrollo equitativo
y sostenible: la contribución de las religiones para un futuro digno”. Tras
saludar con afecto a organizadores y participantes, el Papa se refiere al
trabajo del foro en estos días de intercambio y reflexiones, en los que “se
proponen profundizar en el papel de las religiones y su aportación específica
en la construcción de un consenso, para un desarrollo justo y sostenible que
asegure un futuro digno para todos”. Y reconoce que los desafíos que tiene que
afrontar el mundo en estos momentos son muchos y muy complejos.
“Nos
enfrentamos actualmente a situaciones difíciles que no solo afectan a tantos
hermanos nuestros desamparados y olvidados, sino que amenazan el futuro de la
humanidad entera. Y los hombres de fe no podemos quedar indiferentes ante estas
amenazas”, escribe.
Diálogo no significa
renunciar a la propia identidad
Francisco
habla de un primer aporte de las religiones al mundo, a saber, la “capacidad de
mostrar la fecundidad del diálogo constructivo para encontrar, entre todos, las
mejores soluciones a los problemas que nos afectan a todos”.
El
diálogo no significa renunciar a la propia identidad, asegura el Papa, sino
estar dispuestos a salir al encuentro del otro, a comprender sus razones, a ser
capaces de tejer relaciones humanas respetuosas, con el convencimiento claro y
firme de que escuchar al que piensa de modo diferente es ante todo una ocasión
de enriquecimiento mutuo y de crecimiento en la fraternidad. Porque no es
posible –añade- construir una casa común dejando de lado a las personas
que piensan distinto, o aquello que consideran importante y que pertenece a su
más profunda identidad. Hay que construir una fraternidad que no sea de
‘laboratorio’, porque «el futuro está en la convivencia respetuosa de las
diferencias, no en la homologación de un pensamiento único teóricamente
neutral» (Discurso al Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso, 28
noviembre 2013).
Las religiones tienen un
gran papel que desempeñar
El
Santo Padre prosigue enunciando que “ante un mundo en el que se afirma y se
consolida un paradigma de desarrollo de tipo tecnocrático, con su lógica de
dominio y control de la realidad en favor de intereses económicos y de
beneficio”, las religiones tienen un gran papel que desempeñar, y relanza la
consideración de tutelar la dignidad del ser humano: “cualquier intento de
buscar un auténtico desarrollo económico, social o tecnológico, ha de tener en
cuenta la dignidad del ser humano; la importancia de mirar a cada persona a los
ojos y no como un número más de una fría estadística”.
Todos somos necesarios,
cuidar la casa común
En
la conclusión del mensaje el Papa Francisco renueva el llamamiento a proteger
nuestra casa común: “Una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre cómo
estamos construyendo nuestra sociedad, en la búsqueda de un desarrollo
sostenible y convencidos de que las cosas pueden cambiar”.
“Permítanme
terminar recordando una vez más que todos somos necesarios en esta labor, y que
podemos colaborar todos juntos como instrumentos de Dios para proteger y cuidar
la creación, aportando cada uno su cultura y su experiencia, sus talentos y su
fe. Y, por favor, les pido que recen por mí”, finaliza.
Griselda
Mutual - Ciudad del Vaticano
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