Alejemos
de nuestros ambientes y de nuestras culturas la posibilidad de aniquilar al
otro, de marginar, de seguir descartando a quien nos molesta y amenaza nuestras
comodidades
Lituania:
Alocución del Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus de
este XXV Domingo del Tiempo Ordinario en el Parque Santakos, en Kaunas, en el
marco de su 25° Viaje Apostólico Internacional, en esta ocasión a los Países
Bálticos.
“Pidamos a María que nos ayude a plantar la
cruz de nuestro servicio, de nuestra entrega allí donde nos necesitan, en la
colina donde habitan los últimos, donde es preciso la atención delicada a los
excluidos, a las minorías, para que alejemos de nuestros ambientes y de
nuestras culturas la posibilidad de aniquilar al otro, de marginar, de seguir
descartando a quien nos molesta y amenaza nuestras comodidades”, lo dijo el
Papa Francisco durante su alocución antes de rezar la oración mariana del
Ángelus de este XXV Domingo del Tiempo Ordinario, en el Parque Santakos, en
Kaunas, Lituania, en el marco de su 25° Viaje Apostólico Internacional a los
Países Bálticos.
El justo perseguido
Comentando
el libro de la Sabiduría que la liturgia presenta este Domingo, el Santo Padre
dijo que esta lectura nos habla del justo perseguido, de aquel cuya “sola
presencia” molesta a los impíos. “El impío – afirma el Papa – es descrito como
el que oprime al pobre, no tiene compasión de la viuda ni respeta al anciano.
El impío tiene la pretensión de creer que su ‘fuerza es la norma de la
justicia’. Someter a los más frágiles, usar la fuerza en cualquiera de sus
formas: imponer un modo de pensar, una ideología, un discurso dominante, usar
la violencia o represión para doblegar a quienes simplemente, con su hacer
cotidiano honesto, sencillo, trabajador y solidario, expresan que es posible
otro mundo, otra sociedad”.
Recordando
el aniquilamiento de miles de hebreos acaecido hace 75 años, el Pontífice dijo
que, esta nación presenciaba la destrucción definitiva del Gueto de Vilnia. Al
igual que se lee en el libro de la Sabiduría, el pueblo judío pasó por ultrajes
y tormentos. “Hagamos memoria de aquellos tiempos, y pidamos al Señor que nos
dé el don del discernimiento para detectar a tiempo cualquier rebrote de esa
perniciosa actitud, cualquier aire que enrarezca el corazón de las generaciones
que no han vivido aquello y que a veces pueden correr tras esos cantos de
sirena”.
Los cristianos
constructores de puentes
Cuántas
veces ha sucedido que un pueblo se crea superior, afirma el Papa Francisco, con
más derechos adquiridos, con más privilegios por preservar o conquistar. ¿Cuál
es el antídoto que propone Jesús cuando aparece esa pulsión en nuestro corazón
o en el latir de una sociedad o un país? Hacerse el último de todos y el
servidor de todos; estar allí donde nadie quiere ir, donde nada llega, en lo
más distante de las periferias; y sirviendo, generando encuentro con los
últimos, con los descartados. Si el poder se decidiera por eso, si
permitiéramos que el Evangelio de Jesucristo llegara a lo hondo de nuestras
vidas, entonces sí sería una realidad la “globalización de la solidaridad”.
«Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas
formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra
propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de
estrechar lazos y de ayudarnos “mutuamente a llevar las cargas.
La cruz de nuestro
servicio
Aquí
en Lituania está la colina de las cruces, concluyó el Santo Padre, donde
millares de personas, a lo largo de los siglos, han plantado el signo de la
cruz. Los invito a que, al rezar el Ángelus, le pidamos a María que nos ayude a
plantar la cruz de nuestro servicio, de nuestra entrega allí donde nos
necesitan, en la colina donde habitan los últimos, donde es preciso la atención
delicada a los excluidos, a las minorías, para que alejemos de nuestros
ambientes y de nuestras culturas la posibilidad de aniquilar al otro, de
marginar, de seguir descartando a quien nos molesta y amenaza nuestras
comodidades. Jesús pone en medio a un pequeño, lo pone a la misma distancia de
todos, para que todos nos sintamos desafiados a dar una respuesta. Al recordar
el “sí” de María, pidámosle que haga nuestro “sí” generoso y fecundo como el
suyo.
Agradecimiento después del
Ángelus
Después
de haber rezado la oración mariana del Ángelus, el Papa Francisco agradeció a
la señora Presidenta de la República y a las demás autoridades de Lituania, así
como a los obispos y sus colaboradores, por la preparación de esta Visita;
extiendo también su agradecimiento a todos los que de tantos modos han dado su
contribución, incluso con la oración. “Pienso en modo particular durante estos
días a la comunidad judía. Esta tarde rezaré delante del Monumento a las
Víctimas del Gueto en Vilna, en el 75 Aniversario de su destrucción. Que el
Altísimo bendiga el diálogo y el compromiso común por la justicia y la paz”.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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