Propuestas y leyes contra
el sacramento en India y Australia
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© Götz Keller | CC (modified) |
En
India, la presidenta de la Comisión Nacional para las Mujeres (National Commission
for Women o NCW), Rekha Sharma, ha pedido que se prohiba el sacramento de
la confesión. Según explica UCA News en un
artículo publicado a finales de julio, la agencia federal ha propuesto además
llevar a cabo una investigación federal sobre dos casos de violación y de
abusos sexuales, que implican a miembros del clero de dos Iglesias.
La
propuesta, formulada por la presidenta de la comisión en una carta dirigida al
primer ministro Narendra Modi y a otros miembros de su gabinete, fue suscitado
por el “extraño asunto” — así lo define el diario italiano Avvenire— de
intimidaciones y chantajes hacia una joven de Kerala, obligada a sufrir abusos
repetidos y prolongados en el tiempo por parte de algunos sacerdotes de la
Iglesia ortodoxa siro-malancar [1].
“Los
sacerdotes empujan a las mujeres a revelar sus secretos”, sostiene la
presidenta de la comisión, que habló de “solo la punta del iceberg” y recomendó
también una investigación federal sobre las acusaciones de violación
interpuestas por una monja católica de 48 años contra el obispo de la diócesis
de Jalandhar (o Jullundur), en el Estado del Punjab, Franco Mulakkal. El
prelado ha sido interrogado por la policía, y su arresto podría ser inminente,
según fuentes locales.
La reacción del episcopado
No
se ha hecho esperar la reacción por parte de la Iglesia en India. En un comunicado de prensa publicado en el
sitio de la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (Catholic Bishops’
Conference of India o CBCI), el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de
Mumbai (o Bombay) y presidente del organismo, declaró estar “asombrado” al leer
en la prensa la petición por parte de la NCW.
“Esta
petición de la Comisión – declara el purpurado – muestra una total falta de
comprensión de la naturaleza, significado, sacralidad e importancia de este
sacramento para nuestro pueblo, y también una ignorancia de las rígidas leyes
de la Iglesia para prevenir cualquier abuso”.
Según
el cardenal Gracias, que forma parte del Consejo de los Cardenales – más
conocido con la sigla “C9” – instituido por el papa Francisco para asistirlo en
la reforma de la Curia, semejante prohibición constituiría “una directa
violación de nuestra libertad religiosa garantizada por la Constitución”.
“Millones
de personas en todo el mundo, durante los siglos, han dado testimonio del
beneficio espiritual de este sacramento y de la gracia, perdón y paz que han
experimentado como resultado de recibir este Sacramento”, añadía Gracias, que
calificó de “absurda” la petición de la Comisión, la cual “no entiende nada” de
cuestiones religiosas.
“No
son asunto suyo interferir con las cuestiones religiosas de los cristianos”,
dijo a su vez el secretario-general de la CBCI, monseñor Theodore Mascarenhas,
citado por UCA News. “Generalizar y estigmatizar a toda una comunidad por
los presuntos delitos de algunas personas es completamente injusto”, declaró el
obispo auxiliar de la archidiócesis de Ranchi, en el Estado de Jharkhand.
Acusación de tráfico de
niños
La
petición de prohibir la confesión no es el único tema que provoca tensiones
entre las autoridades indias y la Iglesia local. Tras una denuncia formal del
partido nacionalista hindú BJP (Bharatiya Janata Party), la policía de
Jharkhand arrestó el pasado 4 de julio a una empleada de una casa para madres
solteras gestionada por las Misioneras de la Caridad en Ranchi, acusada de
vender un recién nacido a una pareja. También se arrestó a una monja, acusada
de “complicidad”, y las autoridades indias han ordenado investigaciones
exhaustivas en todas las casas para niños gestionadas por la congregación.
Sobre
este caso ha intervenido la superiora general de la congregación, sor Mary
Prema Pierick, que en una declaración tomada por la agencia AsiaNews condenó
“de manera inequívoca” las acciones individuales, “que no tienen nada que ver
con la congregación de las Misioneras de la Caridad”.
Tras
ofrecer un relato preciso de lo que “realmente” sucedió, la religiosa de origen
alemán denuncia “que se difunden muchos mitos informaciones distorsionadas y
noticias falsas, junto con alusiones infundadas que se lanzan contra las monjas
de Madre Teresa”. Sr. Prema define como “penoso” el modus operandi de
las autoridades indias, recordando que “solo dos semanas antes” habían descrito
como “excelente” el ambiente ofrecido por las hermanas a los niños.
También
el activista católico John Dayal, ex presidente de la All India Catholic
Union, denuncia la instrumentalización del caso – Narendra Modi, del BJP,
intentará renovar su mandato en las elecciones políticas del 2019. “Los
partidarios nacional-religiosos del gobierno y los grupos hindúes no pierden
ocasión para acusar a las Misioneras de la Caridad, y a través de ellas a toda
la Iglesia de India, de conversiones forzadas al cristianismo, de tráfico de
niños a gran escala y otros crímenes”, explica el co-fundador del All
India Christian Council. “El gobierno indio, incitado por el nacionalismo
religioso hindú, ha decidido dar una lección a la comunidad cristiana”, añade
Dayal, citado por Avvenire. Para el diario, se trata de un
escándalo “inflado” completamente.
Ataque al secreto del
sacramento en Australia
Sin
precedentes. Con estas palabras fue calificada la ley aprobada el pasado 7 de
junio por el Australian Capital Territory (ACT), el Territorio de la
capital federal Canberra, que obliga a los sacerdotes que tengan conocimiento
de casos de pedofilia a través del sacramento de la confesión, a denunciar los
hechos a las autoridades competentes, aunque esto suponga violar el secreto de
confesión. Además del ACT, otros tres Estados han anunciado legislaciones
parecidas: Australia Meridional, Australia Occidental y Tasmania.
La
norma, que sigue las recomendaciones contenidas en un informe de
la Royal Commission into Institutional Responses to Child Abuse,
publicado el pasado mes de diciembre, fue criticada en seguida por la iglesia
australiana, porque mina un principio clave de la fe católica, es decir, la
confidencialidad del confesionario, tutelada por el can. 983 del Código de Derecho Canónico [2] y
confirmada por el Catecismo de la Iglesia Católica[3].
En
una reacción publicada en el Canberra Times, el
arzobispo de Canberra y Goulburn, Christopher Prowse, observa que “romper el sagrado
sello de la confesión no impedirá los abusos y no ayudará a nuestros esfuerzos
en curso por mejorar la seguridad de los niños en las instituciones católicas”.
Mientras
afirma que apoya plenamente el programa del gobierno para señalar todas las
acusaciones relacionadas con los abusos a menores al defensor del pueblo de la
ACT, el prelado declara que no puede apoyar el plan gubernamental de “romper el
sello de la confesión religiosa”.
Al
contrario, pregunta el arzobispo, ¿qué abusador sexual se confesaría con un
sacerdote sabiendo que podría ser denunciado? “Si el secreto se levanta, la
remota posibilidad de que estas personas se confiesen y se les pueda aconsejar
que confiesen [ante las autoridades] desaparece”, escribe Prowse, que añade que
los “pedófilos cometen actos criminales malvados e indecibles” y “esconden sus
crímenes”, pero “no se autodenuncian”.
Por
lo demás, sugiere el arzobispo, la confesión es anónima y nada garantiza que un
sacerdote conozca la identidad del penitente, también por el hecho de que
podría haber una rejilla en el confesionario, lo que impide la vista al
confesor.
A
pesar del riesgo de una multa de 10.000 dólares australianos, un grupo de 600
sacerdotes ya ha anunciado que mantendrá el secreto de confesión. “Todo
sacerdote digno de su nombre haría todo lo necesario para proteger a los niños,
pero sin violar el secreto de la confesión”, dijo el presidente del Australian
Confraternity of Catholic Clergy (ACCC), Scot Anthony Armstrong, citado
por Sky TG24. “No es solo
cuestión de derecho canónico, sino de derecho divino, del que la Iglesia no
tiene el poder de dispensar”, recuerda el sacerdote en una declaración publicada
en el sitio de la ACCC.
***
1]
La Iglesia ortodoxa siro-malancar, conocida también como Iglesia ortodoxa
jacobita siro-malancar, forma parte de la Iglesia ortodoxa siriaca y está bajo
la jurisdicción del Patriarcado de Antioquía.
2]
Cfr. Can. 983 – §1: “El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está
terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de
cualquier otro modo, y por ningún motivo”.
3]
Cfr. n° 1467: “Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el respeto
debido a las personas, la Iglesia declara que todo sacerdote que oye
confesiones está obligado a guardar un secreto absoluto sobre los pecados que
sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas (CIC can. 983-984. 1388, §1; CCEO can 1456). Tampoco puede
hacer uso de los conocimientos que la confesión le da sobre la vida de los
penitentes. Este secreto, que no admite excepción, se llama “sigilo
sacramental”, porque lo que el penitente ha manifestado al sacerdote queda “sellado”
por el sacramento”.
Paul
de Maeyer
Fuente:
Aleteia