En
el siglo IV Santa Elena, madre del emperador Constantino, decidió viajar a
Tierra Santa para buscar la Santa Cruz sobre la cual murio Cristo, y encontró
mucho más que eso
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Santa Elena / Foto: Wikipedia (Dominio Público) |
Dice
la tradición que los obreros que acompañaron a la santa realizaron excavaciones
en el monte Calvario. Encontraron la Santa Cruz y también otras reliquias
relacionadas con Jesucristo.
La Santa Cruz
Escritores
antiguos como San Crisóstomo y San Ambrosio narraron que, después de realizar
muchas excavaciones, se encontraron
tres cruces.
Sin
saber cuál era la de Jesús, trajeron hasta el Monte Calvario a una mujer
agonizante y al tocarla con dos de las cruces ella empeoró. Pero con la tercera
cruz, la enferma se recuperó instantáneamente.
Macario,
entonces Obispo de Jerusalén; Santa Elena y miles de fieles llevaron la cruz en
procesión por las calles de la ciudad.
Un
trozo del madero donde fue crucificado Jesús se conserva en la ciudad
de Caravaca de la Cruz,
en Murcia (España) y otro fragmento de la Vera
Cruz se encuentra en la Catedral del Niño Jesús, en la ciudad de Alepo (Siria).
Esta
reliquia fue obsequiada por el fallecido Vicario Apostólico Emérito de Alepo, Mons.
Giuseppe Nazzaro. Durante todos los viernes de Cuaresma, los fieles tienen la
oportunidad de rezar el Vía Crucis con ella.
La Escalera Santa
Santa
Elena también mandó llevar a Roma la Escalera Santa del palacio de Poncio
Pilato, que estaba en Jerusalén. Dice la tradición que Jesús subió por estos
peldaños de mármol en Viernes Santo para ser juzgado y que derramó allí gotas
de sangre.
En
la actualidad, la Escalera Santa se conserva frente de la Basílica de San Juan
de Letrán en Roma. En 1723 fue protegida con madera de nogal para preservarla
de los desgastes, ya que todos los días miles de peregrinos suben por ella de
rodillas.
En
algunos peldaños se pueden apreciar a través de un cristal las gotas de sangre
que derramó Cristo.
En
1908 el Papa San Pío X concedió la indulgencia plenaria a todos los que
asciendan con devoción la escalera, luego de cumplir con las condiciones de la
Confesión, la Comunión y la oración por las intenciones del Santo Padre.
Los clavos de Jesús y el “Titulus Crucis”
Santa
Elena también encontró los clavos que perforaron las manos y los pies de
Cristo. Se dice que la santa los utilizó para proteger a su hijo Constantino en
las batallas, colocando un clavo en su caballo y otro en su casco.
La
santa también encontró el “Titulus Crucis”, la tablilla colgada en la Cruz que
dice: “Jesús Nazareno Rey de los Judíos". Este último objeto fue llevado
en el siglo VII a Roma por el Papa San Gregorio Magno.
El
“Titulus Crucis” y uno de los clavos se pueden venerar en la Basílica de la
Santa Cruz en Jerusalén. Se cree que los otros clavos están en el altar mayor
de la Catedral de Milán, en la llamada Corona de Hierro que está en la Catedral
de Monza (Italia) y otro en la Catedral de Colle di Val d´Elsa en la región
italiana de Toscana.
La Santa Túnica
En
la Catedral de Tréveris se conserva una parte de la túnica que utilizó Jesús
antes de ser crucificado. El trozo de tela habría sido conseguida por Santa
Elena en Jerusalén y entregada al entonces Arzobispo de Tréveris (Alemania),
San Agricio.
La cuna de Jesús
De
su viaje a Tierra Santa, la madre del emperador Constantino trajo consigo un
fragmento de la cuna donde, según la tradición, reposó el Niño Jesús. Esta
reliquia se encuentra en la Basílica
Santa María la Mayor en Roma.
Reliquias de los Reyes Magos
De
acuerdo al sitio web de la Catedral de Colonia (Alemania), Santa Elena encontró
las reliquias de los Reyes Magos en la ciudad de Saba, ubicada en la Península
Arábiga, y las llevó hasta Constantinopla (hoy Estambul), que en ese entonces
era la capital del Imperio Romano.
Años
más tarde las reliquias fueron obsequiadas a San Eustorgio, Obispo de Milán
(Italia), pero en el siglo XII el emperador Federico Barbarroja se las llevó a
la Catedral
de Colonia, donde permanecen hasta
la fecha.
El Santo Sepulcro
La iglesia
del Santo Sepulcro construida por el
emperador Constantino, fue levantada sobre la tumba donde, según la tradición,
fue enterrado Jesucristo. Este hallazgo también fue descubierto por Santa Elena
en el siglo IV.
POR
MARÍA XIMENA RONDÓN
Fuente:
ACI