Con motivo de la jornada mundial contra el tráfico de
personas que se celebra el 30 de julio, la Comisión Episcopal de Migrantes e
Itinerantes de Argentina lanza un llamamiento social para que este drama
"sea tratado con seriedad"
En todo el mundo, millones de personas buscan refugio
desesperadamente huyendo de la pobreza, las guerras y las faltas de
oportunidades que condicionan sus lugares de origen.
Muchas de ellas abandonan sus hogares poniendo
en riesgo su propia seguridad, convirtiéndose forzosamente en migrantes y
refugiados que deben enfrentarse a obstáculos físicos y barreras burocráticas
enormes. Desafortunadamente, también están expuestos a violaciones de sus
derechos humanos y a la explotación de los traficantes de personas.
Traficantes de
personas: "buitres de la vulnerabilidad humana"
Los traficantes de seres humanos se benefician de la
vulnerabilidad y la desesperación de estas personas, comercializando
con ellas, vendiéndolas y lucrándose a través de la explotación de sus
cuerpos y capacidades.
Para poner fin a esta práctica inhumana, es
necesario proteger a los migrantes y refugiados, sobre todo a los
jóvenes, las mujeres y los niños, quienes son utilizados y manipulados
fácilmente por los "buitres de la trata", que se aprovechan de sus
deseos de alcanzar un futuro mejor, más seguro y más digno.
30 de julio:
Día Mundial contra la Trata
Por ello, el 30 de julio se celebra mundialmente
el Día contra la Trata de Personas, con el objetivo de renovar
el compromiso de intensificar los esfuerzos para combatir esta lacra
social, así como el tráfico ilícito de migrantes y refugiados, dar protección
y asistencia a las víctimas de la trata y el tráfico abusivo; sin olvidar a
todos los que sufren violaciones y abusos de sus derechos humanos en el curso
de grandes desplazamientos, y promover el respeto del derecho, las normas y los
marcos internacionales.
En este contexto, la Comisión Episcopal de
Migrantes e Itinerantes de Argentina, lanza un llamamiento social a las
autoridades competentes y a todos los ciudadanos a no permanecer indiferentes
ante esta nueva "forma moderna de esclavitud escandalosamente difundida
que causa indecibles sufrimientos humanos, especialmente a propósito de la
trata con fines sexuales, el trabajo esclavo, el comercio de órganos y otros
flagelos que sufren hombres, mujeres y niños".
Orar por la
conversión de los traficantes
Además, en el comunicado se explica que las
organizaciones criminales, dedicadas a la trata de personas, eligen
mayoritariamente a las víctimas entre las personas que hoy tienen escasos
medios de subsistencia y aún menos esperanzas para el mañana, usando sobre
todo, las rutas migratorias para esconder a sus víctimas entre
los migrantes y los que buscan refugio.
"Como Comisión Episcopal de Migrantes e
Itinerantes invitamos a todos a incrementar la conciencia de la creciente
necesidad de ayudar a las víctimas de estos crímenes; a acompañarlas por un
camino de reintegración en la sociedad y de restablecimiento de su dignidad
humana; a llevar el bálsamo de la misericordia divina a
quienes sufren; a aunar esfuerzos para su prevención", añade el escrito.
El mensaje de la Comisión concluye con una frase del
Santo Padre invitando a "orar para que el Señor convierta el
corazón de los traficantes y brinde la esperanza de recobrar su
libertad a cuantos sufren por esta plaga vergonzosa”. (Francisco, 7 de febrero
de 2018).
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
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