PAPA: QUE CATÓLICOS Y ORTODOXOS CAMINEN CADA VEZ MÁS JUNTOS

Nuestras Iglesias pueden crear nuevas posibilidades de transformación para nuestro mundo

Al dar su cordial bienvenida a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en vísperas de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el Pontífice manifestó su alegría por este encuentro en representación de Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé I y el Santo Sínodo

“Su presencia con ocasión de las celebraciones en honor de los Patronos principales de la Iglesia de Roma es signo de la creciente comunión que une a la Iglesia Católica y al Patriarcado Ecuménico.

Recordar las raíces comunes

El Obispo de Roma recordó que hacer memoria de los Apóstoles, de sus enseñanzas y de su testimonio “significa recordar las raíces comunes sobre las cuales se edifican nuestras Iglesias hermanas, y también tomar conciencia de la común misión al servicio del Evangelio, para generar una humanidad nueva, que tiende a Dios”.

No resignarnos ante los signos de una realidad trágica

“En tantas sociedades que tradicionalmente se decían cristianas, junto a ejemplos luminosos de fidelidad al Señor Jesucristo, se asiste a un progresivo ofuscamiento de la fe cristiana, que ya no repercute en las elecciones de los individuos y en las discusiones públicas. El desprecio de la dignidad de la persona humana, la idolatría del dinero, la difusión de la violencia, la absolutización de la ciencia y de la técnica, y la explotación desconsiderada de los recursos naturales son sólo algunos graves signos de una trágica realidad, a la cual no podemos resignarnos”.

Francisco dijo que comparte plenamente cuanto el Patriarca Ecuménico afirmó en el discurso que pronunció en el curso de su reciente visita a Roma para participar en el Congreso internacional sobre las “Nuevas políticas y estilos de vida en la era digital”, en el que afirmaba: “Rechazamos la cínica frase: ‘No hay alternativa’”.

Existen alternativas de desarrollo social

“Es inaceptable que las formas alternativas de desarrollo y la fuerza de la solidaridad social y de la justicia sean ignoradas y calumniadas. Nuestras Iglesias pueden crear nuevas posibilidades de transformación para nuestro mundo”.

Sí, porque como dijo el Papa Bergoglio, la misma Iglesia es “un evento de transformación, de participación, de amor y de apertura”; a la vez que en nuestras Iglesias experimentamos la certidumbre de que el futuro no pertenece al “tener” sino al “ser”, no al individualismo y al egoísmo, sino a la comunión y a la solidaridad. En una palabra, “no pertenece a la división sino al amor”.

Colaboración concreta entre ambas Iglesias

“Para mí es consolador constatar que esta afinidad de puntos de vista con mi amado hermano Bartolomé se traduce en un concreto trabajo común”. Y destacó que en los últimos meses el Patriarcado Ecuménico y la Iglesia Católica han colaborado, precisamente, en iniciativas concernientes a temas de notable importancia, como la lucha contra las formas modernas de esclavitud, la defensa de la creación y la búsqueda de la paz.

En Bari el Papa se encontrará con el Patriarca

Tras agradecer a Su Santidad Bartolomé I el hecho de haber aceptado su invitación para encontrarse, el próximo 7 de julio en Bari, junto a las autoridades de las demás Iglesias y comunidades cristianas de Oriente Medio para rezar y reflexionar acerca de la trágica situación que aflige a tantos hermanos y hermanas de aquella región, el Papa Francisco manifestó su deseo de que se multipliquen las oportunidades en las que católicos y ortodoxos puedan trabajar juntos, rezar juntos y anunciar juntos el único Evangelio de Jesucristo para experimentar cada vez más en este camino común la unidad que, “por gracia de Dios, ya nos une”.

El Pontífice se despidió agradeciendo nuevamente su presencia a estos queridos hermanos a quienes por intercesión de los Santos Pedro y Pablo y de San Andrés, hermano de San Pedro, pidió que el Señor Omnipotente conceda a todos ser fieles anunciadores del Evangelio. “Y mientras invoco sobre todos nosotros su bendición, les pido por favor que recen por mí”.

María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano

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