Entre mitos y falsas noticias…
‘¿La cruz pectoral del Papa es masónica o
tiene símbolos no cristianos?’, escribió un lector alarmado de las
noticias que le llegan por redes sociales de fuentes varias e imprecisas.
La cruz pectoral del papa Francisco
simplemente evoca en su relieve los símbolos más cristianos que puedan haber;
el Espíritu Santo, representado en
la paloma, la oveja perdida y
la imagen del buen Pastor que
recuerda a Jesús.
Tras el cónclave en la Capilla
Sixtina, el nuevo Papa venido del sur del mundo se dirigió a
los cardenales que le aplaudieron en pie y se arrodilló ante uno de ellos que
estaba enfermo en silla de ruedas.
En la Sala de las Lágrimas. No hubo
lágrimas. Sí, alegría y mucha calma, como contará después el 266 Sucesor de
Pedro. El nuevo pastor de la Iglesia Universal salió vestido de blanco y no
quiso la cruz de oro del pectoral que era tradición. La cruz no llevaba
incrustada ninguna piedra preciosa.
Bergoglio prefirió llevar en su pecho una
cruz que le acompaña desde su ordenación episcopal (27 de junio de 1992)
celebrada en la catedral metropolitana de Buenos Aires.
Y desde ese momento le acompaña el lema: Miserando atque eligendo, cuyo
significado se refiere a Jesús que
tuvo misericordia de Mateo, este último era un pecador y fue llamado a ser
discípulo del Señor. Él cobraba impuestos para el Imperio Romano y era odiado
por su pueblo por el daño causado.
Paloma
En primer lugar, se nota la Paloma que
está en la parte superior de la cruz pectoral. El Espíritu
Santo es uno de los símbolos más fuertes de la iconografía
cristiana. De hecho, el catequismo de la Iglesia Católica
explica que sin el Espíritu Santo no se puede
entender a Jesús.
Él viene a
nuestro corazón para que conozcamos a Dios, argumenta. El
espíritu desciende sobre Jesús en forma de paloma (en el Jordán), y en el Diluvio
universal aparece como símbolo de la reconciliación del
hombre con Dios.
Oveja perdida
“Sean pastores con olor a
oveja”, había dicho en su homilía en la misa del 28 de marzo de
2013 apenas unos días después de su elección el papa Francisco. De hecho,
en la cruz pectoral, el rebaño y el buen pastor campean en el centro.
Se trata de la referencia a la parábola del Evangelio que
considera importante recuperar la oveja perdida más bien que cuidar solo las 99
en el redil.
Buen Pastor
El ícono bíblico del buen
Pastor (Jn 10,11-18) resume la misión que Jesús recibió
del Padre: dar la vida por las ovejas. Esa actitud es un modelo también para la
Iglesia, que acoge a sus hijos, como una madre que da su vida por ellos,
sostiene Bergoglio.
En la exhortación programática de su
pontificado explica que la Iglesia está llamada a “ser siempre la casa abierta
del Padre […]” – ¡Nada de puertas cerradas! (Evangelii Gaudium, 47). Los cristianos están
llamados a imitar al buen Pastor.
Así, la cruz pectoral del Papa
es cristiana al 100 por 100. Claro, estamos rayando en lo evidente. Sin
embargo, nos hace bien recordar nuestros símbolos cristianos más auténticos.
No cabe duda que debería preocupar cuando
el uso de la cruz no es más arquetipo
del amor incondicional hasta el sacrificio en la realidad del mundo
cotidiano.
Entonces, este magno signo
de amor se desvirtúa cuando no representa verdad,
belleza y fe encarnada en la esperanza para los últimos y
los desfavorecidos, en el hoy y en el ahora de la miseria humana (como Mateo),
y podría convertirse contrariamente en emblema de prestigio,
estatus y riqueza.
También incluso sinónimo neutro de jerarquía
eclesial como el barroquismo invistió a las cruces de su
época o que se desvirtúe como objeto sagrado entre pompa,
arte y ornamento lucido en el pecho de corazones rígidos o blindados a la misericordia.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia