Sin toma de tierra
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer,
un amigo de la Comunidad estuvo viendo la instalación eléctrica del Noviciado.
Y, alarmado, dijo:
-
¡Pero si no tenéis toma de tierra! Algún día os quedáis pegadas; ¡no se puede
tener así!
Y
es que la toma de tierra lleva a tierra cualquier derivación indebida de la
corriente, evitando que llegue a los elementos que puedan estar en contacto con
un aparato determinado. Vamos, que simplemente abriendo la puerta del horno, si
ocurriese algo con la electricidad, seríamos las primeras afectadas.
Y
es verdad que en el mundo de la electricidad es fundamental la toma de tierra
para que no peligres, pero me di cuenta de que en la vida interior ocurre lo
contrario. Cuanto más desviamos todo a "la toma de tierra", a la
razón, menos dejamos que el Señor pase por nuestro corazón.
Toma
de tierra son lo que llamamos “casualidades”, son las cosas que intentamos
pasar por la lógica una y otra vez, es el “dios” razonado al que no conseguimos
llegar.
Con
Cristo ocurre al revés que con la electricidad: ¡no tienes que tener miedo a
que pase por ti, a sentirle vivo y real en tu vida! Deja que entre en ti, deja
que te enamore, que te sorprenda. Deja que Él sea en ti.
Hoy
el reto del amor es que quites la toma de tierra. Busca en tu corazón esa
vivencia de Cristo que te cambió la vida, que te llevó a Él y, si no la has
tenido, pídele que pase de la razón al corazón. Deja que entre en ti y de ti,
como la electricidad, pase a los demás.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma