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Dominio público |
La oración es una fuerza tan poderosa. Nosotros la
subestimamos tanto porque a veces no vemos los resultados tangibles. La oración
puede mover montañas si tan sólo lo CREEMOS de verdad, Dios así lo afirmó. Si
tan sólo nos diéramos cuenta de lo poderosa que puede ser la oración, nunca
perderíamos la fe o la esperanza.
De vez en cuando hablo y pido a los ángeles a que me
ayuden a elevar mi oración a Dios, es por ello que procuro estar en el mayor
estado de gracia posible. Les pido a los ángeles que intercedan y le presenten
mi petición humilde a las manos de Creador.
Ninguno de nosotros está solo en la oración. Cuando
rezas tu ángel de la guarda está allí contigo, él une su oración a la tuya y se
la presenta al Señor, convirtiéndola en una poderosa arma de lucha espiritual
que te hará crecer en santidad.
Lo increíble que nuestras oraciones hechas con gran fe
puede hacer grandes cosas, incluso marcar la diferencia en otra persona. A
continuación te presentamos las siguientes citas bíblicas que te harán recordar
hoy el GRAN PODER que tiene la oración
1.- Siempre pedir, buscar y llamar
“Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y
se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al
que llama, se le abrirá” (Mateo 7,7-8)
Pedir, pedir, pedir. Muchas veces, el Señor nos llamó
a la insistencia en la oración. ¿Por qué desistimos a veces? Recuerda que tus
tiempos no son los de Dios, Él sabe cuándo y de qué manera contestar… Sigue
pidiendo, buscando y llamando.
2- Mover montañas con la fe
“Jesús les respondió: “Les aseguro que si tienen fe y
no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que
podrán decir a esta montaña: “Retírate de ahí y arrójate al mar”, y así lo
hará. Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán” (Mateo 21,21-22)
¡Esto me parece increíble! pero es Palabra de Dios.
Cuántas cosas podríamos hacer con este poder si tan sólo tuviésemos esa fe de
las que nos habla el Señor. Aprendamos a decir como el padre de aquel joven
endemoniado: “Señor, creo, pero aumenta mi fe”
3.- Oración: Poder liberador contra el
demonio
“Jesús les respondió: “Esta clase de demonios se
expulsa sólo con la oración” (Marcos 9,29)
La oración se nos presenta como una comunicación
directa con Dios, pero también como una gran armadura espiritual contra el
demonio. Que poder tan tremendo nos ha regalado Dios en la oración que podemos
ser hasta capaces de expulsar demonios en su Nombre.
4.- No hay que vacilar
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la
pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir
nada en cambio. Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se
parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento. El que es así no
espere recibir nada del Señor” (Santiago 1,5-7)
No vacilemos en ningún momento. No perdamos la
esperanza. El Señor es bondadoso y fiel, Él da con una generosidad infinita, Él
es fuente inagotable de compasión y está siempre dispuesto a darnos lo mejor,
lo que nos conviene para nuestra salvación, pero, TENGAMOS FE y nuestra oración
será poderosa.
5.- Una forma de alcanzar la paz
“No se angustien por nada, y en cualquier
circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de
gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que
supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los
pensamientos de ustedes en Cristo Jesús”. (Filipenses 4,6-7)
Esta cita bíblica es una de mis favoritas, ¿por qué?
¿Quién no necesita paz en su corazón? Estamos en un mundo donde a cada vuelta
de la esquina nos espera un problema que nos aflige y nos roba la paz. San
Pablo nos da la fórmula secreta para alcanzar la paz en el corazón: Oración y
Acción de gracias, es decir: oración y Eucaristía, puesto que la Eucaristía es
en sí misma, una acción de gracias.
Nunca subestimes el poder de la oración. Cuando oramos
con fe, si es la voluntad de Dios, esa oración es indetenible. Y ¿cómo sabemos
cuál es la voluntad de Dios? Que te responda el Señor:
“Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen
en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán” (Juan 15,7)
Esta es una promesa del Señor. Si estamos caminando en
comunión con Dios y su Iglesia, entonces vamos a empezar a orar conforme a la
voluntad de Dios. ¿Cómo permanecemos en Dios? A través de los Sacramentos de la
Iglesia, viviendo según sus mandamientos, así Su Palabra vivirá en nuestros
corazones.
Y entonces, comenzaremos a ver que nuestras oraciones
son contestadas.
Qriswell Quero
Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net