Mientras la tensión social se
mantiene altísima, funcionarios de inteligencia militar irrumpieron en una casa
de monjas en busca de las armas sustraídas por los militares que se declararon
en rebeldía contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero terminaron
amedrentando a cuatro religiosas
Una
visita inesperada. A media noche. Veintinueve hombres y una mujer “vestidos de
negro” irrumpieron en una casa de monjas buscando un centenar de armas
sustraídas, la víspera, durante una rebelión militar contra el gobierno de
Nicolás Maduro.
Ni armamento, ni hombres. Sólo encontraron a cuatro monjas de
ochenta años en pijamas, a quienes sustrajeron un computador, un disco duro, el
router de conexión inalámbrica a internet y un aparato que recoge los vídeos de
las cámaras de seguridad.
Todo
ocurrió el lunes 7 de agosto, poco después del ataque al fuerte Pamacay de
Valencia. ¿El objetivo? La sede de la congregación de las Hijas de Cristo Rey,
damas que durante casi 50 años han brindado un servicio de soporte a la
educación dando posada a señoritas universitarias que llegan de todos los
estados del país, incluso del extranjero, a realizar sus estudios en diversas
casas de formación de la entidad.
“A
las 12.30 de la madrugada después de esa especie de asalto al fuerte Paramacay
allanaron la residencia. Se presentó un contingente de unos 30 funcionarios del
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Tumbaron la puerta de
atrás y penetraron. Se encontraban allí cuatro religiosas ya ancianas”, explicó
al Vatican Insider el arzobispo de Valencia, Reinaldo del Prette.
“Requisaron
de una manera violenta, atropellando a todos. Las religiosas quedaron
aterradas, se les creó zozobra y pánico durante el tiempo en que permanecieron
revisando”, agregó el prelado, en entrevista.
De
acuerdo con su testimonio, las hermanas quedaron “impactadas por la violencia
con la que actuaron” los uniformados. Por esa razón, adelantó que escribirá al
comisario jefe del cuerpo de seguridad del estado y responsable de las acciones
de inteligencia, a fin de expresarle su indignación por la “poca falta de
sindéresis”.
Cuestionó
igualmente el hecho de que -incluso aunque les hubiesen puesto en alerta
dándoles “un pitazo” para informarles que allí estaban los militares, podían
haber actuado mas sobriamente, no con un “allanamiento violento e ilegal”.
Por
otra parte, la tarde del 8 de agosto, algunos periodistas difundieron en redes
sociales imágenes de un supuesto allanamiento en otro centro religioso, la casa
Don Bosco de Valencia. Sin embargo, del Prette ofreció una versión
diferente.
“Hoy
me entero de una noticia según la cual alguien de los cuerpos de seguridad
supuestamente allanó la casa de los salesianos. Y eso, de acuerdo con la
información que manejo a esta hora, no es del todo cierto. Lo que puedo decir
es que el canal Telesur recogió una entrevista con alguien de otro medio y
lanzó la idea de que iba a ser allanada la casa Don Bosco de los padres
salesianos. Allí damos acogida a niños, adolescentes y jóvenes en situación de
riesgo. Siempre contamos con unos 160 niños, incluso en estas fechas cuando nos
encontramos en período vacacional”, precisó.
Tras
hablar con el sacerdote administrador de la Casa Salesiana, el arzobispo
explicó que según las fuerzas de seguridad en ese centro religioso se ubicó la
persona que grabó las instalaciones del fuerte durante la incursión rebelde en
Paramacay. Aclaró que, por eso, estaba prevista una “inspección”, pero no un
allanamiento.
“No
tenemos problemas con eso, siempre y cuando los funcionarios vayan acompañados
de nuestros sacerdotes. Esa es la única condición que les pondríamos. Fue muy
lamentable la forma atropellada y violenta con la cual hicieron la visita (a
las Hijas de Cristo Rey), causándoles un estado de ánimo perturbado que todavía
hoy muestran debido a la grave manera como hicieron un allanamiento: impetuoso
y violento”, insistió.
Sobre
el alzamiento, Reinaldo del Prette consideró que aunque el gobierno “lo plantea
en modo triunfalista”, si en realidad el objetivo era tomar más de 90 fusiles
del parque de armas del fuerte (cosa que ocurrió) “es un grave episodio para el
ramo militar”.
Destacó
que el ataque demostró dos cuestiones: la confirmación de un malestar en el
interior de las Fuerzas Armadas y que el grupo de la incursión logró su
objetivo: hacerse de las armas sin bajas. “Precisamente por eso las están
buscando. Y por eso están haciendo los allanamientos. La inteligencia que dicen
tener en el Gobierno de Maduro como que no la están afinando mucho”,
añadió.
En
las últimas semanas, la Iglesia venezolana hizo dos llamados directos a las
Fuerzas Armadas para que cesen la “represión inhumana”. Al respecto, el
arzobispo de Valencia recordó que además les llamaron a cumplir la Constitución
según la cual “están al servicio del pueblo y no de una fracción política, ni
de una persona en particular”.
“Ellos
no son un cuerpo de guardia del presidente de la República, sino garantes de la
seguridad de toda Venezuela. ¡Es hora de que cumplan su objetivo!”,
subrayó.
CARLOS
ZAPATA Periodista y ex editor del Diario
Católico de Venezuela.
Fuente:
Vatican Insider