«Ser amigos de los
sacerdotes, sosteniendo su vocación y acompañando su ministerio: ¡éste es el
gran don con el cual enriquecen a la Iglesia!»
El Papa
Francisco recibió con gran alegría a los participantes, en la 75
Convención Internacional de la asociación de laicos, que inspira su nombre en
San Junípero Serra, provenientes de tantas partes del mundo, con motivo del
encuentro celebrado en Roma, con el lema «Siempre adelante. El coraje de
la vocación»:
«Con
la alegría del Evangelio y la audacia típica de la misión cristiana, se han
reunido para redescubrir - siguiendo la escuela del Maestro - el
sentido de toda vocación cristiana: ofrecer la propia vida como don, ‘ungiendo’
a los hermanos con la ternura y la misericordia de Dios»
El
Santo Padre subrayó la importancia de la obra que desarrollan sosteniendo las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, y agradeciendo el saludo del
presidente de Serra Internacional, Dante Vannini, destacó la importancia de la
amistad:
«Ser
amigos de los sacerdotes, sosteniendo su vocación y acompañando su ministerio:
¡éste es el gran don con el cual enriquecen a la Iglesia!»
A
pesar de que la palabra amigo está algo desgastada en la actualidad, el Papa
recordó que Jesús nos enseña la verdadera amistad. Y volviendo al lema de su
encuentro romano – «siempre adelante» - destacó que la vida del discípulo misionero
está marcada por el ritmo que le imprime la llamada; la voz del Señor que lo
invita a abandonar sus seguridades y a emprender ‘el santo viaje’.
La
vocación es la invitación a salir de sí mismos para comenzar a vivir la fiesta
del encuentro con el Señor y a recorrer los caminos a donde Él nos envía.
Ponerse
en camino, confiando en la misericordia divina. El Papa Francisco evocó a Fray
Junípero:
«¡Nos
ilumina la imagen de San Junípero que, cojeando, se obstina en querer ponerse
en camino hacia San Diego para plantar allí la Cruz! Me dan miedo los
cristianos que no caminan y se encierran en su propio nicho. Es mejor proceder
cojeando, cayendo algunas veces, pero confiando siempre en la misericordia de
Dios, que ser ‘cristianos de museo’, que temen los cambios y que, una vez que
han recibido un carisma o una vocación, en lugar de ponerse al servicio de la
eterna novedad del Evangelio, se defienden a sí mismos y sus propios cargos».
El
Obispo de Roma animó asimismo a los miembros de Serra Internacional a proseguir
en su caminar con coraje, con creatividad y con audacia. Sin miedo a renovar
sus estructuras y sin permitir que el precioso camino cumplido pierda el
impulso de la novedad. Y culminó su discurso renovando su aliento y aprecio:
«Queridos
hermanos y hermanas, los exhorto a ser verdaderos amigos de los seminaristas y
de los sacerdotes, manifestando vuestro amor hacia ellos en la promoción de las
vocaciones, en la oración y en la colaboración pastoral. Y recuerden: ¡siempre
adelante! Adelante en la esperanza, adelante con vuestra misión, mirando más
allá, abriendo horizontes de par en par, dejando espacio a los jóvenes y
preparando el futuro. La Iglesia y las vocaciones sacerdotales tienen
necesidad de ustedes. Que María Santísima, Madre de la Iglesia y de los
sacerdotes, los acompañe. ¡Y, por favor, recen también por mí!»
CdM
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