¡¡Nos vamos en tren a Las
Navillas con los niños y niñas de catequesis!!
Ha llegado el momento de guardar el libro de catequesis,
la carpeta, el estuche… El curso ha acabado. Es hora de dejar todo archivado,
aunque no demasiado porque en Septiembre hay que rescatarlo. Todo archivado,
menos una cosa: El libro de oraciones. La oración y nuestra relación con Dios
no necesita vacaciones, todo lo contrario… ¡Nunca olvides esto!
Como ya es costumbre en nuestra parroquia, los
catequistas hemos organizado por tercer año consecutivo la Convivencia de final
de curso. Este año quisimos que fuera diferente, por eso decidimos: ¡Irnos en
tren a las Navillas de Riofrío! Este año el tema principal de la convivencia ha
sido el Espíritu Santo y sus siete dones, debido a que el día siguiente era
Pentecostés y creímos que a los chicos les iba a servir de mucho para su vida
de cristianos.
A los niños no les quisimos decir nada hasta que la fecha
estuviera más cerca, tan solo sabían que iba a haber una sorpresa. Esta sorpresa
fue revelada el día de sus Comuniones, sus caras fueron de cine… “Que guay
nunca he montado en tren”, “¿en serio? No me lo creo”, “pero, ¿en tren de
verdad?” Sus ganas eran tremendas y su ilusión abundante. Para algunos esas dos
semanas hasta el 3 de Junio se hicieron larguísimas.
Al fin llegó el día:
3 de Junio a las 10:30 de la mañana, la puntualidad fue
sorprendente. Más de 40 niños de la parroquia y 7 catequistas estábamos en la
estación haciendo tiempo para que saliera el tren, mientras los niños hablando
con quien se iban a sentar.
Nos montamos en el tren, hicimos los grupos para el
desarrollo de las dinámicas y se les entregó una pulsera según el grupo al que
pertenecieran.
Una vez allí fuimos a la iglesia parroquial de Las
Navillas y tuvimos la parte más importante de la mañana: Un encuentro con el
Señor. Fue un ambiente de oración muy agradable entre todos. Me llamó mucho la atención
la gran participación que hubo cuando tocó hacer eco del Salmo que leímos.
Retomamos el camino y fuimos a un parque muy acogedor que
iba a ser nuestra “base” el resto del día. Allí hablamos de los dones del Espíritu
Santo, luego por grupos preparamos breves representaciones para escenificar cada
uno de esos dones.
Después llegó el momento más deseado para la gran mayoría: La
comida. Muchos ya habían almorzado al menos dos veces, pero parece ser que sus estómagos
son muy profundos… Hubo un rato para descansar o tener tiempo libre y
después nos dispusimos a preparar el famoso “Mannequin Challenge”. Y para terminar tuvimos una Gymnkana que tenía cuatro
pruebas más dos finales que hicimos todos los grupos juntos.
Fue una experiencia muy buena, en la que una vez más los niños descubrieron que son hijos de Dios, miembros de su Iglesia.
Fue una experiencia muy buena, en la que una vez más los niños descubrieron que son hijos de Dios, miembros de su Iglesia.
Carlos Monjas (Catequista)
VIDEO DEL MANNEQUIN CHALLENGE