¿SE ACERCA UN ACUERDO ENTRE LA SANTA SEDE Y CHINA?

Se podría creer que sí, según el cardenal de Hong Kong. Pero las cosas no son siempre sencillas cuando hablamos de China

En el claroscuro de las relaciones, largas y complejas, entre China y la Santa Sede, la noticia ha surgido como una luz al final del túnel: podría llegarse a un acuerdo entre las dos partes, según valora el cardenal John Tong Hon en su diario diocesano, el Sunday examiner.

¿La prueba? Según el cardenal, ya existe un “consenso preliminar” que podría ser una base sólida para reanudar unas relaciones oficialmente rotas desde nada menos que 1951. Este fue el año en que el nuncio por entonces establecido en China fue expulsado por el joven régimen comunista, instalado oficialmente desde hacía dos años tras la toma de poder de Mao Zedong.

66 años más tarde, podría haberse superado el principal punto de bloqueo en las relaciones: la nominación de los obispos católicos chinos por la Santa Sede. El Vaticano considera que lo que está en juego es la independencia espiritual de la Iglesia, mientras que el Gobierno chino ve en ello una injerencia en sus asuntos interiores.

El resultado de esta situación de tensión es que en la actualidad existan obispos “ilegítimos”, es decir, escogidos por el Gobierno pero no reconocidos por Roma. Una situación que había sido considerada por Benedicto XVI como incompatible con la doctrina católica.

Por otro lado, subsisten también una Iglesia y unos obispos “ocultos” que en el pasado fueron nombrados de forma clandestina por la Santa Sede, sin tener reconocimiento oficial del régimen de Pekín. Son unos treinta, entre el centenar de obispos chinos.

Según el cardenal Tong Hon, podría existir una salida a la crisis en esta situación, según la cual se daría al Papa la última palabra en el nombramiento de los futuros obispos. La conferencia episcopal china, vinculada al Gobierno, podría hacer recomendaciones, pero solo serían simples sugerencias, ya que el Sumo Pontífice dispondría de derecho al veto.

Para llegar a dicho acuerdo, sería necesario también, añade el prelado, que los siete obispos ilegítimos hicieran acto de arrepentimiento con Roma, dado que todavía están bajo efectos de una excomunión por haber sido ordenados sin autorización de la Santa Sede.

A pesar del optimismo que exhibe el cardenal, sin duda para poner en prueba la reacción del lado chino, los observadores desde Roma invitan a la prudencia.

De hecho, una semana después de las declaraciones del prelado, un representante de la Asociación patriótica de católicos chinos, ligada al régimen, manifestó que sería necesario que continuara el diálogo entre China y el Vaticano antes de poder hablar de acuerdo sobre el nombramiento de los obispos.

La diplomacia china traducida a un lenguaje llano viene a decir: “no vendamos la piel del oso antes de haberlo cazado”. De igual modo no hay forma, por ahora, de que el Gobierno chino reconozca a los obispos de la Iglesia clandestina.

Por último, el cardenal Hon considera en su análisis que el tiempo y la paciencia conseguirán abrir el camino del acuerdo. En este aspecto, parece compartir la misma línea del papa Francisco que, el pasado octubre, insistía en que las cosas que se hacen precipitadamente no funcionan bien…

Por Aymeric Pourbaix


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