Es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento.
Los primeros cristianos no parece que celebrasen su cumpleaños
(cf., por ej., Orígenes, PG XII, 495). Celebraban su dies natalis, el
día de su entrada en la patria definitiva
(por ej., Martirio de Policarpo 18,3), como participación en la
salvación obrada por Jesús al vencer a la muerte con su pasión gloriosa.
Recuerdan con precisión el día de la glorificación de Jesús, el 14/15 de Nisán, pero no la fecha de su nacimiento, de la que nada nos dicen los datos evangélicos.
Recuerdan con precisión el día de la glorificación de Jesús, el 14/15 de Nisán, pero no la fecha de su nacimiento, de la que nada nos dicen los datos evangélicos.
La
primera referencia directa de su
celebración es la del calendario litúrgico filocaliano
del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in
Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació
Cristo en Belén de Judea”).
A
partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha
del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental,
mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.
Una explicación
bastante difundida es que los cristianos
optaron por día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se
celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento
del Sol invicto, la victoria de la luz sobre
la noche más larga del año. Esta
explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la
época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» (Ma
4,2) y «luz del mundo» (Jn 1,4ss.).
Sin
embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil
imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas
paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución. Es posible, no
obstante, que con el transcurso del tiempo la fiesta cristiana fuera
asimilando la fiesta pagana.
Otra
explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la
fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la
fecha
de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios
y equinoccios
se afirma que “nuestro Señor fue concebido
el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de
su concepción, pues fue concebido el mismo
día que murió” (B. Botte, Les Origenes de la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición oriental, apoyándose en otro
calendario, la pasión y la
encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6
de enero.
La
relación entre pasión y encarnación es una idea que
está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval,
que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes
intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí. Se trata de una concepción
que también encuentra sus raíces en el judaísmo,
donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán.
El
arte cristiano ha reflejado esta misma idea a lo
largo de la historia al pintar en la Anunciación de la Virgen al niño Jesús
descendiendo del cielo con una cruz. Así pues, es posible que los cristianos
vincularan la redención obrada por Cristo con
su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento.
“Lo más decisivo fue la relación existente entre
la creación y la cruz, entre la creación y la concepción
de Cristo” (J. Ratzinger, El
espíritu de la liturgia, 131).
Fuente: © www.opusdei.org – Textos elaborados por un equipo de profesores de Teología de la Universidad de Navarra dirigidos por Francisco Varo.
Fuente: © www.opusdei.org – Textos elaborados por un equipo de profesores de Teología de la Universidad de Navarra dirigidos por Francisco Varo.