En la homilía de este martes, el Santo Padre asegura a los seducidos por el
clericalismo que “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en
el Reino de los cielos”
El papa Francisco, en la homilía de este
martes en Santa Marta, ha advertido de que el espíritu del clericalismo es un
mal presente también hoy en la Iglesia y la víctima es el pueblo, que se siente
descartado, abusado. Hoy, además, el Santo Padre celebra el 47º aniversario de
su ordenación sacerdotal y estaba acompañado por los cardenales del Consejo. En
su predicación, el Santo Padre ha señalado el peligro de los pastores de
convertirse en intelectuales de la religión con una moral lejos de la
Revelación de Dios.
El pueblo humilde y pobre que tiene fe en
el Señor es la víctima de los “intelectuales de la religión”, “los seducidos
por el clericalismo”, que en el “Reino de los cielos serán precedidos por los
pecadores arrepentidos”.
El Papa –citando a Jesús que en el
Evangelio de Mateo de hoy se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los
ancianos del pueblo– se detiene precisamente en su rol. “Tenían autoridad
jurídica, moral, religiosa”, “decidían todo”, ha recordado. Anás y Caifás, por
ejemplo, “han juzgado a Jesús”, eran los sacerdotes y los jefes que han
“decidido matar a Lázaro” o incluso, fue donde ellos Judas para “negociar” y
así “fue vendido Jesús”. Un estado de “prepotencia y tiranía hacia el
pueblo” al que han llegado instrumentalizando la ley.
Al respecto, ha observado que rehicieron
la ley muchas veces, hasta llegar incluso a 500 mandamientos. “Pero era un ley
sin memoria, habían olvidado el primer mandamiento, que Dios dio a nuestro
padre Abrahán: camina en mi presencia y sé irreprensible”. Ellos no caminaba,
ha lamentado el Pontífice, han estado parados siempre en las propias
convicciones.
Y la víctima, como lo fue Jesús, es el
“pueblo humilde y pobre que confía en el Señor”, “los que son descartados”, que
conocen el arrepentimiento también si no cumplen la ley, y sufren estas
injusticias.
El Papa ha subrayado que estas personas
se sienten “condenadas”, “abusadas”, por quien es “vanidoso, orgulloso,
soberbio”. Por eso ha puesto el ejemplo de Judas, que fue un “descarte de esta
gente”.
Así, el Pontífice ha asegurado que Judas
fue un traidor, que es un pecado fuerte y feo, pero que después se arrepintió y
fue a devolverles las monedas. Y ellos no le dijeron, ha señalado el Papa,
“pero tú has sido nuestro socio, quédate tranquilo… nosotros tenemos el poder
de perdonar todo” sino “arréglatelas como puedas, es tu problema”. Y lo dejaron
“solo, descartado”, ha lamentado el Santo Padre. “El pobre Judas traidor y
arrepentido no ha sido acogido por los pastores”, ha observado Francisco.
Porque estos –ha señalado– habían olvidado qué era un pastor. “Eran los
intelectuales de la religión, los que tenían el poder, que llevaban adelante la
catequesis del pueblo con una moral hecha por su inteligencia y no de la
revelación de Dios”, ha precisado el Papa.
En esta misma línea, Francisco ha
asegurado que también hoy en la Iglesia suceden estas cosas. “Está ese espíritu
del clericalismo”, “los clérigos se sienten superiores, se alejan de la gente”,
no tienen tiempo para escuchar a los pobres, los que sufren, los presos, los
enfermos. En esta línea, el Santo Padre ha asegurado que el mal del clericalismo
es algo muy feo: “es una edición nueva de esta gente”. Y la víctima es la
misma: “el pueblo pobre y humilde, que espera en el Señor”.
El Hijo de Dios no entró en ese juego y
fue con los enfermos, los pobres, los descartados, los publicanos, los pecadores,
las prostitutas. También hoy
Jesús “nos dice a todos nosotros y a los que están seducidos por el
clericalismo: “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en el
Reino de los cielos”.
Fuente:
Zenit