Emergencia
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Hace un par de días, mientras rezábamos Vísperas,
rebusqué en mi bolsillo tratando de encontrar un clínex. Justo en ese instante,
Joane (que se sienta a mi lado) me preguntó:
-¿Tienes un pañuelo?
Mis dedos localizaron el paquete.
-¡¡Sí, tengo!! -respondí.
Pero, al sacarlo... ¡sólo quedaba uno! Se lo entregué
a Joane y ella, muy divertida, lo abrió y lo rasgó por la mitad. ¡Medio para
cada una! Sin embargo, desde enfrente, sor Matilde, que había visto la escena,
no dudó en levantarse rápidamente a entregarnos un pañuelo más, ¡y después de
Vísperas nos regaló un paquete entero!
Me asombró mucho este gesto de cariño atento. No
esperó a que se lo pidiéramos: viendo la necesidad, ella misma se levantó a
ofrecerlo. ¡Y así ocurre con el Señor!
Muchas veces, en el Evangelio, vemos a personas
(ciegos, leprosos...) que se acercan a Jesús pidiéndole, incluso a gritos, que
les ayude. Sin embargo, también encontramos otros casos en que no dicen nada:
la viuda de Naín, el paralítico de la piscina de Siloé... Una cosa tienen en
común: Jesús "les vio". Vio su necesidad y tomó la iniciativa.
Unas veces, Jesús espera a que le invites para entrar
en tu vida; otras, actúa por sorpresa... No podemos "controlar sus
movimientos", pero una cosa es segura: siempre te mira con amor, buscando
tu felicidad. ¡Ni un sólo segundo de tu día le pasa desapercibido!
Hoy el reto del amor es ayudar a una persona. Te
invito a que, en tu oración, le pidas a Cristo ver a los demás con sus ojos,
poder descubrir cuándo alguien te necesita. Puede que te pida ayuda, o puede
que no te diga nada... ¡Vive hoy con los ojos del corazón abiertos! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma