¡Señoras, los mejores melones de la mancha!
Eran las tres de la tarde, el tiempo de descanso, la
hora en la que sol más se hace notar, la gente en sus casas para no exponerse
"a la calor"... y, de repente, el silencio ambiental se rompió por el
mensaje que gritaban desde una megafonía:
-¡Señoras, los mejores melones de La Mancha! ¡No se
queden sin ellos!
-¿Melones? ¿Pero a quién se le ocurre? ¡A las tres de
la tarde! A esta hora no hay quien se mueva de casa, y con este calor se les
habrán puesto malos. Además, ¿por qué "señoras"? Ni que los señores no
puedan ir a la compra...
Todos esos razonamientos me venían a la cabeza cada
vez que escuchaba el convencido marketing.
Miramos por la ventana y la furgoneta seguía
anunciando:
-¡Señoras, los mejores melones de La Mancha! ¡No se
queden sin ellos!
Cuántas veces se nos presentan en la vida furgonetas
con melones a las tres de la tarde completamente ilógicas. Si lo razonas, todo
te lleva a ver que nada tiene sentido.
Al razonar, yo me quedé con la razón pero sin el
melón. Sólo mi razón me llevó a despreciarlo.
Hoy el reto del amor es que te fíes de esa situación
ilógica que se te va a presentar, que no razones, que te fíes de las personas
y... ¡que compres un melón de postre para tu casa!, ten un detalle de cariño
con los que te rodean. Déjate llevar por el corazón y no por la razón.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
