Un artículo de Teddy Wayne para el New York Times explora la manera en
la que la telefonía celular ha desplazado los momentos diarios de contemplación
“Encontrar momentos para dedicarse
al pensamiento contemplativo siempre ha sido un reto, ya que siempre hemos
estamos sujetos a la distracción”, afirma Nicholas Carr, autor de “The
Shallows”, de acuerdo a la nota de Teddy Wayne para el New York Times.
“Pero ahora que llevamos con nosotros estos dispositivos multimedia todo el
día, esas oportunidades se vuelven aún menos frecuentes por la sencilla razón
de que tenemos esta capacidad de distraernos constantemente”.
Escribe Wayne: “en un mundo donde un teléfono o un ordenador casi
nunca están fuera de nuestro alcance, ¿estamos eliminando la introspección en
momentos que podrían haber estado dedicados a eso? ¿Acaso la profundidad de esa
reflexión está en peligro porque nos hemos acostumbrado a buscar la
gratificación inmediata de los estímulos externos?”. Los números no son del
todo alentadores: un grupo de participantes en un estudio calcularon que
utilizaban sus dispositivos electrónicos al menos 37 veces a lo largo del día
(incluyendo todas las ocasiones en las que se enciende una pantalla, sea por la
razón que sea). Para su sorpresa (o su decepción), el número real estaba más
cerca de 85.
En 2010, investigadores del Wellcome
Trust Center for Neuroimaging del University College en Londres, dirigidos por
el médico Stephen Fleming, publicaron un artículo en en el que establecieron
la correlación entre la habilidad introspectiva (entendiendo esta como la
capacidad de medir el propio desempeño en una tarea de percepción visual, o
como la capacidad de “pensar acerca de pensar”), y la cantidad de materia gris
en la corteza prefrontal.
Fuente: Aleteia