Los niños
necesitan conocer la importancia de la paternidad
Soy una madre soltera y odio el Día del
padre. No es más que un doloroso recordatorio de que el padre de mi hijo no ha
tenido contacto alguno con él desde que tenía tres años. Ahora tiene once. Me
siento incómoda en misa cuando se hace un reconocimiento especial a la
labor de los padres y puedo ver el dolor en el rostro de mi hijo. Es difícil
que no termine enfadada o resentida. Sé que tú también eres mamá soltera, así
que, ¿cómo lidias con esta festividad? ¿Tú celebras el Día del padre?
Sí, celebro el Día del padre y tú también
deberías. Tu hijo necesita saber que la paternidad es importante. Descartar la
festividad envía el mensaje opuesto. Sé que es difícil evitar el enfado o la
amargura. Créeme que lo sé. Pero esas emociones y sentimientos son tóxicos para
tu hijo. Aquí tienes tres consejos para manejar ese día de forma adecuada, una
especie de guía de la madre soltera para el Día del Padre.
1- No te amargues.
Aunque sientas que ese rencor es
justificado y fruto de unas circunstancias que pudieran haber escapado a tu
control, tienes que detenerte a considerar qué tipo de mensaje supone para tu
hijo esa amargura, en especial si hablamos de chicos.
Los niños lo interiorizan todo. Cuando se
habla mal del otro padre delante de ellos, lo perciben como un insulto hacia
ellos mismos. Después de todo, son hijos de su padre.
Lo único que engendra el resentimiento es
hacer que nuestras hijas se vuelvan feministas andrófobas y que nuestros hijos
piensen que una madre puede ser un sustituto para un padre o que se sientan
inútiles porque su propia madre considera inútil a la paternidad.
El resentimiento perpetúa el ciclo del
abandono.
2- No ignores por completo el Día del
Padre.
No pasa nada por celebrar el Día del
Padre y hablar de ello, esté o no esté presente el padre del niño e incluso
aunque pienses que no es un buen padre ni que se merezca una pizca de
reconocimiento.
El Día del Padre es importante porque la
paternidad y los padres son importantes. Cuando ignoras la celebración de este
día mandas el mensaje implícito a tu hijo de que nada de esto tiene relevancia.
Además, ignorar el Día del Padre y
evitarlo como tema de conversación con tus hijos no enmascara su ausencia, de
igual forma que ignorar la dolencia de una persona enferma cuando estamos con
ella no hace que olvide su enfermedad.
Tu hijo no va olvidar que papá no está
simplemente porque hayas elegido no hablar de él. En todo caso, el silencio
acentúa el vacío.
Rellena esa ausencia con comentarios
positivos sobre el padre de tu hijo. Algo
bueno tiene que haber que puedas decir. No tienes por qué entrar en
detalles. Di que tenía una sonrisa bonita y un buen sentido del humor. Di que
era guapo. Lo que sea. Al fin y al cabo, hubo un momento en que algo en él te
atrajo.
Me he encontrado con este mismo panorama
muchísimas veces: una mujer que sufre el abandono, resentida por la carga que
lleva sola, que corta la cara de él de todas las fotos y elimina toda prueba de
que existió en su vida. No es una reacción sana, incluso cuando no se tienen
hijos con el hombre cuya memoria esperas borrar de tu mente, y, ciertamente, no
es una actitud sana que convenga mostrar delante de los hijos.
Tu hijo será un recordatorio constante de
esa relación rota, así que necesitas lidiar con esos sentimientos. Además, tu
hijo merece tener alguna conexión con su padre. Aunque sea una conexión remota
y distante, pero eso es mejor que nada. Permite que tenga fotos de su padre.
Fomenta el diálogo, el debate, pero alienta también la oración.
Reza siempre. Hay que enseñar a los hijos
e hijas oraciones sencillas desde que son pequeños y animarles a rezar por sus
padres y madres; vivos, muertos o ausentes.
3- Celebra la Paternidad.
Al igual que existe una paternidad
biológica, también hay una paternidad espiritual y un mentor. Reconoce y celebra esas
relaciones de tutelaje en la vida de tu hijo.
Los abuelos, los tíos, otros referentes
masculinos en la familia o entre los profesores, los monitores de campamento,
entrenadores y también el párroco, todos merecen cierto reconocimiento si han
asumido parte del papel de mentor masculino de tu hijo.
Si tu hijo o hija no tiene ninguna de
estas influencias masculinas en su vida, es imperativo que te dediques ahora
mismo a cultivar estas relaciones. En especial si tienes un hijo varón.
Vas a tener que afrontar el hecho de que
no podrás enseñar e ilustrar completamente
qué significa ser un hombre, porque careces de la exclusiva perspectiva
masculina. No es en absoluto admitir la derrota ni el fracaso el hecho de reconocer
deficiencias en ciertas áreas de tu modelo educacional y buscar ayuda para
solventarlas.
Y al igual que los chicos necesitan una
influencia masculina, las chicas también necesitan aprender que no todos los
hombres abandonan, que hay muchos hombres que son fuertes y leales y que aman a
las mujeres en sus vidas.
Sé que es muy tentador arremeter contra
los hombres en esta época del año porque la herida es profunda. Créeme, de
verdad que lo entiendo. Sin embargo, parte de la responsabilidad de ser padre y
madre y adulto es aprender a lidiar con las adversidades de la vida. No quieres
que tus hijos crezcan pensando que no hay valor ninguno en la figura de un
padre, ¿verdad? Ni tampoco querrás educarles para que sean víctimas crónicas de
sus circunstancias y que perpetúen un ciclo generacional de abandono.
Por supuesto que no.
Así que dejemos a un lado el odio y el
dolor y eduquemos, con decisión, dando ejemplo y celebrando la importante
función de la figura del padre.
Fuente:
Aleteia