"Fue entrar allí, en el
rosario, con todo el calor sofocante… No sé qué me pasó por dentro. Me sentí
totalmente removido y me puse a llorar desconsoladamente…", dice Rafael,
al recordar el instante en que inició su liberación espiritual en Medjugorje
Rafael
Bersabe Delgado (Rafa) nació en Sevilla pero llegó a Madrid siendo
todavía un joven adolescente. Así lo cuenta él mismo al iniciar su testimonio
para el programa “Cambio de Agujas” de la Fundación EUK Mamie-HM Televisión.
Rafa
agradece, dice, la buena formación católica que recibió en un colegio del Opus
Dei. Tuvo una infancia y adolescencia sin contratiempos. Pero en lo íntimo de
su persona se anidaban conflictos que se manifestaron al ingresar a la
Universidad. “No me supe adaptar. De hecho, tuve un especie de depresión aquel
año”. Sería el comienzo de una crisis personal que desembocó, primero, en un
abandono de los estudios, luego de su grupo del Opus Dei y, al final se alejó
de toda práctica religiosa vinculada a la Iglesia católica.
“Entonces, al abandonar la Obra, quedó
un vacío espiritual en mi interior que yo intenté llenar con
temas que en aquella época ya estaban de moda, como el yoga y la meditación
trascendental. Estamos hablando de los años 70, a finales. Como yo era muy
nervioso, buscaba relajación y equilibrio interior”. El yoga y la meditación
trascendental le condujeron muy adentro del mundo de la Nueva Era y de sus
peligrosas prácticas: parasicología, astrología, consultas a videntes, tarot,
numerología…
Seducido por la Nueva Era
Rafa continúa explicando que junto al vacío espiritual que intentaba satisfacer
con lo que el “mercado” de la Nerw Age ofrecía, le afectaba además no tener
pareja, porque personas a quienes consideraba amigos en ese mundo de ‘lo
alternativo’, no le faltaban. Y allí de nuevo los mercaderes de la New Age le
ofertaban soluciones… “Yo siempre fui muy tímido para las relaciones
afectivas y también para “ligar”. En la
Nueva Era proliferan mucho las consultas a astrólogos, a videntes, el tarot y
demás, un poco como camino de auto-conocimiento y otro poco para buscar una
respuesta de qué futuro me esperaba, porque estaba bastante
angustiado por mi presente. Pues me fui metiendo cada vez más en el mundo
de los videntes y buscando si iba a tener un futuro mejor.”
Con todo, Rafa aclara que “nunca renuncié a creer en Cristo como Dios”. Al enterarse
que la Nueva Era considera a
Cristo como un “maestro”, cual Buda u otro semejante, no podía
creer en aquello. “Yo nunca fui un Hijo de Acuario, como se suele decir, no. Yo
siempre tuve mi fe, aunque es verdad que la tuve en el cuarto trastero, porque
no practicaba mi religión católica durante esos años, pero nunca apostaté de mi
fe. (…) Mi fe estaba ahí, pero es verdad que coqueteando con la doctrinas un
poco panteístas de la Nueva Era… nunca acepté los postulados de la Nueva Era…
de que Jesucristo era un simple “avatar” o un simple maestro, eso jamás”.
Reiki y pornografía, un cóctel de adicción
Dentro del supermercado de ofertas que presenta la Nueva Era, Rafa fue haciendo
distintos cursos y participando en convivencias. Y fue durante unas “vacaciones
holísticas” cuando se inició en el reiki. Dice que se lo tomó con calma porque
dada su forma de ser, que considera demasiado analítica y cerebral, tenía
algunas dificultades para “entregarse” a la energía universal de la que le
hablaban. Incluso dudó en algún momento si podría hacer eso de canalizar esa
energía a través de sus manos, fluir, como le decían. “Tuve que repetir muchas
veces los cursos, con el consiguiente dinero que me tuve que gastar, porque son
bastante caros... Hay personas que se inician y llegan a la maestría en un par
de años o menos. Yo tardé seis años… hasta el 2006, que me hice maestro… el reiki me aportaba mucha relajación, mucha
tranquilidad, lo mismo que la meditación o el yoga. Y te llegas a hacer adicto
a ello”.
Pero Rafa junto a estos, en apariencia, elevados intentos espirituales que vivía
y ofertaba a otros mediante el Reiki, padecía además esclavo del sexo. “Junto
con la adicción que comenté antes de los videntes, terapeutas y el reiki,
también tenía adicción al sexo a
través de la pornografía, por esta insatisfacción que sentía de
que necesitaba una persona a mi lado y esta persona no aparecía de ninguna
forma”.
La mediación de San Juan Pablo II y la Virgen en Medjugorje
Las cosas comienzan a cambiar para Rafa por el impacto emocional y espiritual
que le provoca enterarse de la muerte de San Juan Pablo II, en 2005: “Muchas
personas tuvimos un vuelco en nuestro corazón, y yo fui una de ellas. (…) A
raíz de esto, siento una nostalgia de volver como el hijo pródigo - otra vez -
a la Iglesia. Entonces empiezo a ir algunos domingos a Misa, aunque no me
confesaba ni nada, yo
seguía en pecado, pero al menos iba algunos domingos a Misa”.
Una dificultad que retrasó su conversión definitiva fue entrar en contacto con
un grupo católico que tenía ciertas conexiones con la Nueva Era. Gracias a
Dios, la Virgen María iba a tomar cartas en este asunto.
Por ello, cuando hoy le nombras a Rafa Medjugorje, se le ilumina la cara: “¡Medjugorje...! Para mí es la mayor bendición
de mi vida”.
Transcurría el mes de septiembre de 2010 y casi por casualidad, vio en
televisión un programa sobre Medjugorje que le impactó. Al verano siguiente, ya
en 2011, Rafa llegaba a Medjugorje. La experiencia fue intensa. “Fue entrar
allí, en el rosario, con todo el calor sofocante… No sé qué me pasó por dentro,
que me sentí totalmente removido, y me puse a llorar desconsoladamente… Un
llanto, totalmente… como que ¡vamos!, que yo sólo he llorado así cuando era
pequeñito… Cuando era pequeño y tu padre te riñe o tu madre te pega, pues uno
llora... y yo nunca había llorado así. Y todos los días nada más entrar allí
era como pasar a otra dimensión, parecía mágico aquello. Estaba claro que me
estaba moviendo a contrición, y me estaba limpiando de toda mi vida anterior”.
La imagen de la Reina de la Paz, bella, serena, le atraía poderosamente: “Yo no
sé qué me pasaba con esa imagen, que estaba atraído como por un imán. Me tiraba
horas y horas rezando allí. Bueno, no puedo describir con palabras las
sensaciones que allí me hacía pasar la Virgen. Sentía que la Virgen... no me lo decía con palabras... Era como si
la Virgen me estuviese diciendo: No te preocupes que no vas a volver a las
andadas como antes, porque Yo ya te he rescatado y de mi mano no te arrebata
nadie”.
De regreso de Medjugorje conoció la Renovación Carismática, y a un sacerdote de la Renovación que le ayudó mucho a sanar y madurar en la fe. “Me siento muy feliz, me siento totalmente rescatado y sanado por el Señor. Ha sido un proceso desde el 2011 para acá. Sobre todo el primer año fue muy duro, porque romper con todo lo anterior no fue nada fácil. Pero la verdad es que la gracia ha estado ahí y he estado además muy ayudado por estos movimientos, la Renovación Carismática y el Opus Dei. El camino ha sido difícil, pero cada año he estado mejor”.
Las últimas palabras de Rafa son para quienes puedan estar pasando por cualquier tipo de dificultad en la vida: “Que no intente buscar salidas ni alternativas fuera de la Iglesia o fuera de la fe. Que no se alejen de Dios. Con mi experiencia puedo reafirmar que son ciertas las palabras de Jesús de que Él es el único Camino. (…) Y es cierto, porque yo he visto que la verdadera sanación la he tenido en el seno de la Iglesia, en concreto, a través de la Renovación Carismática que tiene muchas herramientas en este terreno, y entonces vienen la sanación, la paz interior, y el salir adelante. No hay mejor compañero que Cristo y la Virgen María para que nos lleven de la mano para salir del pozo, por hondo que sea. Y esto es lo que yo quiero transmitir”.
De regreso de Medjugorje conoció la Renovación Carismática, y a un sacerdote de la Renovación que le ayudó mucho a sanar y madurar en la fe. “Me siento muy feliz, me siento totalmente rescatado y sanado por el Señor. Ha sido un proceso desde el 2011 para acá. Sobre todo el primer año fue muy duro, porque romper con todo lo anterior no fue nada fácil. Pero la verdad es que la gracia ha estado ahí y he estado además muy ayudado por estos movimientos, la Renovación Carismática y el Opus Dei. El camino ha sido difícil, pero cada año he estado mejor”.
Las últimas palabras de Rafa son para quienes puedan estar pasando por cualquier tipo de dificultad en la vida: “Que no intente buscar salidas ni alternativas fuera de la Iglesia o fuera de la fe. Que no se alejen de Dios. Con mi experiencia puedo reafirmar que son ciertas las palabras de Jesús de que Él es el único Camino. (…) Y es cierto, porque yo he visto que la verdadera sanación la he tenido en el seno de la Iglesia, en concreto, a través de la Renovación Carismática que tiene muchas herramientas en este terreno, y entonces vienen la sanación, la paz interior, y el salir adelante. No hay mejor compañero que Cristo y la Virgen María para que nos lleven de la mano para salir del pozo, por hondo que sea. Y esto es lo que yo quiero transmitir”.
Fuente: Portaluz